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Indra levanta la alfombra en Brasil y descubre sobrecostes con los que no contaba

El presidente de Indra, Fernando Abril-Martorell.

Indra ha contratado asesores externos para analizar su negocio en Brasil y no descarta emprender acciones legales dado que la situación real de los proyectos que tiene firmados en el país latinoamericano es peor de la que estimaba el pasado mes de junio.

La compañía explicó el jueves, con motivo de la presentación de sus últimos resultados trimestrales, que la revisión de su negocio en Brasil emprendida en el segundo trimestre de 2015 contemplaba la terminación de algunos proyectos problemáticos o su transferencia. Pero en la actualidad, esa revisión, que supuso un impacto negativo de 390 millones en los resultados semestrales de Indra, "se ha desviado respecto a la mejor previsión de junio".

El grupo informó que ha decidido "complementar su análisis encargando un proceso de revisión técnica, legal y de estimados contables sobre los contratos objeto de desviaciones, realizado por firmas externas", para actualizar la situación actual de estos contratos, sus perspectivas en cuanto a calendarios y costes pendientes asociados a los mismos, "así como valorar otras alternativas financieras o legales, si fuese necesario". Indra añadió que como consecuencia de todo ello "anticipa que habrá provisiones adicionales, que serán contabilizadas como efectos no-recurrentes al cierre del ejercicio".

El cambio en las estimaciones de negocio de Indra, principalmente en Brasil, ha llevado al grupo a registrar en los nueve primeros meses del año los peores resultados de su historia, pérdidas de 561 millones de euros, tras apuntarse efectos no recurrentes por 422 millones. La empresa señaló que la evolución de la actividad en el mercado brasileño, que supone el 35% de sus ingresos en Latinoamérica "sigue condicionada por los sobrecostes asociados a la ejecución de ciertos proyectos".

Indra añadió el jueves que el continuo deterioro de la situación macroeconómica brasileña, la restricción presupuestaria de las administraciones públicas del país, y el empeoramiento de los plazos de pago de los clientes públicos también "contribuyen al retraso de la implementación de las medidas que se habían adoptado".

Apuesta por Brasil

El mercado brasileño fue una de las apuestas más decididas del anterior presidente del grupo, Javier Monzón, que el pasado mes de enero abandonó su cargo tras 22 años. En 1996, tres años después de que Monzón accediera a la presidencia, Indra inició su actividad en Brasil, donde en la actualidad cuenta con cerca de 7.000 empleados.

El país se convirtió en el principal mercado extranjero del grupo español y en 2011 transfirió a Sao Paulo la dirección general internacional de la compañía para gestionar los negocios de más de 110 países en los que está presente. La multinacional española acordó en 2011 la adquisición de la brasileña Politec por 100 millones de euros, cantidad que provisionó en 2013 por contingencias relacionadas con esa misma compañía.

Fernando Abril-Martorell sustituyó a Javier Monzón como presidente de Indra el pasado 29 de enero, y desde entonces el ejecutivo ha acometido una profunda reestructuración del consejo y de otros altos cargos. La compañía, que tiene como primer accionista a la Sepi, con el 20%, designó en abril como consejero independiente a Enrique de Leyva, socio de la firma de capital riesgo Magnum (fundada por Ángel Corcóstegui) y exdirector de la oficina en Madrid de la consultora McKinsey, sustituyendo a Mónica de Oriol. Además nombró como secretario no consejero a José Antonio Escalona de Molina e incorporó a Antonio Mora Morando como director de Control de Gestión, Organización y Procesos. También ese mes destituyó al consejero delegado de Indra Brasil, José Antonio Fernández Ignacio. 

Durante el tercer trimestre han salido de Indra los directores generales Emma Fernández (hasta esa fecha responsable de Marca, Responsabilidad Corporativa y Relaciones Institucionales); Emilio Díaz (Estados Unidos); y Santiago Roura (Estrategia e Innovación, imputado en el caso Púnica).

La compañía ha incurrido en un coste de 160 millones de euros por el plan de ajuste de plantilla iniciado a mediados de este año. Al cierre del tercer trimestre de 2015 Indra emplea a 37.931 profesionales, un descenso del 3% respecto al cierre de 2014. En Latinoamérica, principalmente en Brasil, la plantilla del grupo se ha reducido en 1.304 personas respecto a 2014.

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