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Economía

La inyección del BCE provoca un nuevo calentón en la deuda española

Los mercados siguen perfectamente sostenidos con el dinero del Banco Central Europeo (BCE). Anteayer hubo una más que generosa colocación de liquidez ilimitada (LTRO, Long Term Refinancing Operation; mecanismo a través del cual el organismo emisor presta todo el dinero que sea preciso al 1% con un plazo de devolución de 36 meses) y ayer una subasta de bonos a corto plazo ideales para que los inversores arbitraran. El resultado: los bonos a 3 años alcanzaron su mínimo en rentabilidad desde finales de 2010, mientras los plazos algo más largos también tuvieron muy buen tono.

Otros efectos colaterales del LTRO han sido la reducción de la prima de riesgo, que estuvo oscilando en el entorno de los 300 puntos básicos durante la sesión, aunque en Italia también ha tenido un enorme efecto la subasta de liquidez y tanto el 10 años doméstico como el transalpino tienen ya prácticamente el mismo tipo de interés: el 4,86% el español y el 4,95% el italiano. Conviene recordar que a principio de año, el activo italiano llegó a situarse en el 7,25%, una zona de rescate o no retorno.

Por su parte, el bono nacional a 3 años finalizó en el 2,76%, cota no vista desde noviembre de 2010. El 5 años también mostró buen tono, finalizando en el 3,49%, 7 puntos básicos a la baja.  

El milagro de la liquidez 

Los bancos españoles e italianos son claramente los que más dinero han pedido al BCE. Lo fueron en diciembre y, sin lugar a dudas, lo habrán vuelto a ser en esta ocasión. El dinero que inyecta Mario Draghi les ofrece liquidez para su operativa diaria y afrontar sus vencimientos, pero además, lo colocan en deuda soberana a corto plazo, realizando un arbitraje con dinero al 1% cuyo diferencial favorable va directo a la cuenta de resultados.

Con ese aluvión de dinero, procedente de la ‘barra libre de liquidez’ que Draghi ha abierto, totalmente en contra de los deseos de Angela Merkel, el Tesoro ha podido captar más financiación de la prevista este año. Conviene recordar que a finales de noviembre, tuvo que subastar Letras al 5%, por lo que este 2012 se presentaba estremecedor en términos de vencimientos.

La liquidez de los bancos, captada en el BCE ha invertido esto y entonces ha sido cuando el Gobierno ha aparecido con planes de pagos a de los Ayuntamientos a los acreedores, por ejemplo.

El problema reside en comprobar hasta cuándo sigue viva la llama gracias a la gasolina de Draghi. Si resulta inesperadamente poco duradera y los mercados privados no mejoran sensiblemente en poco tiempo, el banco emisor se verá obligado a reforzar las herramientas de liquidez, tal como hace la Reserva Federal. Son muchos los que apuestan por esto. Hace pocos días, entidades como  GLG-Man apostaban por un Quantitative Easing global. 

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