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Economía

Hacienda cede ante Cataluña y abre la puerta a limitar la solidaridad entre Comunidades Autónomas

Hacienda ha cedido ante las tesis catalanas. El ministro Montoro abrió este miércoles la puerta a limitar la solidaridad entre comunidades y que las que más aportan al sistema de financiación autonómica den un poco menos.

En un corrillo con periodistas, Montoro dio un giro de 180 grados a todas las argumentaciones habituales que justifican la solidaridad y explicó que las transferencias de unas autonomías a otras no han contribuido en los últimos años a eliminar las diferencias de riqueza existentes entre regiones. O dicho de otro modo, el Gobierno se plantea limitar los desembolsos de las autonomías más ricas al sistema de financiación, tal y como le pide CiU e incluso su propio partido en Cataluña y Madrid.

Montoro abundó este miércoles en la idea de que en España hay un problema porque las diferencias de renta entre comunidades resultan muy sustanciales. Sin embargo, “estas diferencias no se han corregido por el efecto de las balanzas fiscales”, subrayó el ministro. Es decir, que los fondos que las comunidades más ricas han aportado a la solidaridad no han servido para cerrar esa brecha de riqueza.

El ministro comentó que la renta per cápita de autonomías como Madrid o Cataluña se sitúa en el entorno del 130 por ciento de la media europea. Pero que otras regiones, como por ejemplo Sevilla, incluso después de que hayan llegado a duplicar su PIB, todavía se encuentran unos 50 puntos por debajo en niveles de renta tras años de ayudas.

¿Y cuál es la conclusión que se puede deducir de estas reflexiones? Los teóricos de las finanzas autonómicas sostienen que se deben garantizar los mismos niveles de servicios en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Pero que las políticas relacionadas con el fomento de la riqueza y la solidaridad se hacen desde el Estado central, ya sea con la inversión, con las ayudas al desempleo o con las pensiones, por poner algunos ejemplos.

Es más, los catalanes han insistido mucho en conseguir que se imponga el llamado principio de ordinalidad, por el que ninguna comunidad que aporte más fondos se vea luego con menos dinero per cápita después del reparto.

En definitiva, si hay que gestionar la pobreza y al mismo tiempo entregarle más fondos a Cataluña, entonces se tendrá que poner coto a la solidaridad para el disgusto de las regiones más pobres. “Al final, se trata de que ese 20 o 40 por ciento de la sociedad catalana que ahora contempla como una realidad posible la independencia tenga razones para seguir en España”,  razonaba un político catalán.

Y el Gobierno de Rajoy ya está abonando el terreno para un modelo esbozado en torno a esas líneas al publicar las balanzas fiscales. Este miércoles, Montoro adelantó que la elaboración de éstas se encuentra en una fase muy avanzada.

Las balanzas servirán para allanar el camino del debate al poner de relieve las comunidades que se benefician y las que no. Sin embargo, tal y como adelantó Vozpópuli, arrojarán sorpresas. Una vez se tengan en cuenta las inyecciones de liquidez del FLA, el pago a proveedores, las prestaciones por desempleo o el déficit de las pensiones, difícilmente podrá justificarse el expolio fiscal. No obstante, los nacionalistas responderán que todo ese déficit lo terminarán pagando más adelante cuando se amortice la deuda. 

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