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Cultura

Luz Gabás: "No voy a entrar en qué es alta o baja literatura, el lector no es tonto"

Luz Gabás, en Benasque, donde transcurre Como fuego en el hielo (Planeta)

Corre el año 1843, acaba la regencia de Espartero y el reinado de Isabel II está punto de comenzar. El romanticismo eclosiona y las guerras carlistas crean una frontera: la que separa un mundo crepuscular de otro que se abre paso a empellones. Es justo en esa bisagra donde Luz Gabás (Monzón, 1968) ambienta Como fuego en el hielo (Planeta), la tercera novela de aquello que ella llama una "trilogía emocional". Lo que comenzó con Palmeras en la nieve (2012) y que tras el éxito de la adaptación cinematográfica continuó con Regreso a tu piel (2014), llega ahora a un punto que pretende la inflexión, que no un final.

Como fuego en el hielo (Planeta), la tercera novela de aquello que ella llama una "trilogía emocional". Lo que comenzó con Palmeras en la nieve (2012) llega a una entrega en el siglo XIX

En Albort, un pueblo imaginario ubicado en el valle de Benasque que reproduce a las antiguas villas termales del XIX, Attu, un joven decidido a hacer su vida en Madrid, se ve obligado a volver a los Pirineos. La inesperada muerte del padre lo coloca en la encrucijada entre lo que desea y lo que debe hacer: dejar atrás la capital y hacerse cargo de las termas que sirvieron de sustento a su familia y de las que debe asumir ahora las riendas. El regreso, claro, no será inofensivo. Volverá a ver a Cristela, una joven que ha jalonado su corazón y su biografía con igual fuerza. El amor por ella será la gasolina en medio de un mundo que vuelve con todas sus rencillas y cuentas pendientes: las de su temprana juventud pero también aquellas que se levantan en España entre liberales y conservadores.

Recorre estas páginas un destino romántico, decimonónico en toda regla, de trágicos hechos que empujan a los personajes a tomar una decisión. Sin concesiones, dice Luz Gabás, ni mucho menos con la intención de hacer esto un libro rosa, la escritora se ha propuesto una novela que hace las veces de tapiz de una época. El XIX avanza en medio de grietas políticas y económicas; los primeros viajeros extranjeros llegan a España; comienza el Pirineísmo y la idea del viaje como forma de ocio se expande entre las clases aristócratas, que se refugian en los balnearios de Francia y España. La modernidad asoma en un mundo que sigue siendo tradicional pero que camina hacia el progreso con paso veloz.

Nacida en Monzón, Luz Gabás recuerda sin embargo las largas tardes de relatos ante la chimenea en Cerlen

Cinco siglos en tres novelas. Si en Palmeras en la nieve, Gabás tira de biografía y genealogía para contar una historia que atraviesa el siglo XX y en Regreso a tu piel (2014) despliega en el siglo XVI una trama que se mueve entre lo romántico y lo histórico, en ésta se ha propuesto un regreso definitivo a la tierra. Gabás retrocede más de cien años para ir a la pulpa de su tema: el Pirinero, ese lugar en el que creció. Nacida en Monzón, recuerda sin embargo las largas tardes de relatos ante la chimenea en Cerler, el pueblo de su padre. Una geografía que ha convertido en su referente literario.

"En cada una de las tres novelas he aprendido sobre mí. La primera es una cuestión de identidad: quién soy yo, porque mi padre estuvo en Guinea Ecuatorial y de no ser por eso, yo no estaría aquí; la segunda es la muerte, porque Regreso a tu piel es una novela sobre el deseo pero también sobre la muerte, y ésta es la vida, o lo que supone vivir: decidir. Lo que determina a los personajes es eso: el hecho de decidir", explica mientras cae ya la tarde sobre el valle de Benasque, en la que puede que sea su décima entrevista en lo que va de día.

"Esta tercera novela trata sobre la vida, o lo que supone vivir: decidir. Lo que determina a los personajes es eso: el hecho de decidir"

Luz Gabás, una mujer en apariencia polivalente: filóloga inglesa que opositó para dar clase a ingenieros y que, en 2007, a sus 39 años, se mudó al Valle de Benasque para emprender una carrera como novelista. Entre medias, todo sea dicho, fue también alcaldesa del PP. Un asunto -pasar de alcaldesa de los populares a la lista de más vendidos en ficción- al que ella insiste en no dar mucha historia. "No me resultaba ajeno ni tampoco ago imposible, claro... tampoco sabía en qué me metía. Me pareció ilusionante la experiencia de ser alcalde de tu pueblo. Inocente total, romántica total", ríe. Ante la sorpresa de quien abre los ojos como platos tras preguntar por cual partido fue como alcaldesa, responde: "Del PP… Y yo, de política no hablo ni entro, porque uno puede pensar lo que le dé la gana. Yo no dejo de leer escritores de izquierdas sólo faltaría…". Y sanseacabó.

Que Luz Gabás es un superventas no lo duda nadie, excepto ella, que no recuerda las cifras de los ejemplares que ha vendido y prefiere no entrar al trapo en la eterna discusión del best-seller. "Yo escribo aquello que deseo, pero también debo decir que ser un best-seller no tiene nada de malo. En el fondo significa que se vende mucho. ¿Y? Los libros no llegan a solos a las librerías, hay un equipo detrás y si un libro consigue venderse mucho, pues me alegro. Que mis libros puedan o no llegar a ser bestsellers, no depende de mí. No voy a entrar lo que es alta literatura y baja literatura , porque el lector no es tonto y sabe lo que quiere leer”.

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