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Educación

La Salle opta por el mutismo ante el apoyo de su sector catalán a la directora investigada por incitación al odio

Alumnos en un colegio en una imagen de archivo.

Universitat Ramon Lull, Fundació Comtal, La Salle Barceloneta, La Salle Bonanova, La Salle Comtal, La Salle Congrés, La Salle Gràcia, La Salle Horta, Fundació Col.legi Cardenal Vidal i Barraquer, La Salle Cassà de la Selva, La Salle Figueres, La Salle Girona, La Salle La Seu d'Urgell, La Salle Manlleu, La Salle Manresa, La Salle Mollerussa, La Salle Montcada, La Salle Palamós, La Salle Premià, La Salle Reus, La Salle Sant Celoni, La Salle Santa Coloma de Farners, La Salle Tarragona, TIC-TAC y La Salle Torreforta.

Nada menos que los 25 directores responsables de los centros educativos que los Hermanos de las Escuelas Cristianas tienen en Cataluña, más conocidos como los Hermanos La Salle, han decidido desplazarse esta semana a las puertas de los juzgados de La Seu d'Urgell, en Lleida, para mostrar su apoyo a la directora de uno de sus colegios ante la investigación abierta tras la denuncia de unos padres por supuesta incitación al odio en clase al tratar los acontecimientos del pasado 1-O.

Distrito Arlep

La razón ha sido explicada por el director de la Xarxa d'Obres Educatives en La Salle Catalunya, Jordi Jover, pero se desconoce si Distrito Arlep, el centro neurálgico de la Agrupación Lasaliana de España y Portugal -integrada a su vez en la Región Lasaliana  Europea Mediterránea- secunda a sus integrantes en Cataluña. Este diario se ha puesto en contacto con la central de La Salle en España y han declinado hacer declaraciones sobre el respaldo recibido por la docente en la citada comunidad autónoma y sobre el funcionamiento de su institución a nivel nacional .

Al igual que otras instituciones y congregaciones religiosas, los colegios de La Salle se dividen por provincias eclesiásticas. Aunque tengan una dirección general central, funcionan de manera muy independiente"

"Hemos venido a apoyar a la directora de la escuela y por extensión a toda la comunidad educativa de La Seu en este momento, al que nosotros no estamos habituados. Nosotros estamos para dar clases, educar, para trabajar cada día, para trabajar por la paz, la solidaridad y la justicia y nada más, para que los alumnos sean felices yendo a la escuela", declaró Jover el mismo día en que su compañera declaraba.

Fuentes relacionadas con la enseñanza religiosa en España explican que "al igual que otras instituciones y congregaciones religiosas" los colegios de La Salle se dividen por "provincias eclesiásticas", una delimitación geográfica como lo son en el ámbito político las comunidades autónomas. "Aunque tengan una dirección general central, funcionan de manera muy independiente", explican.

Apoyo del alcalde

Además de la directora de La Salle de La Seu, otros siete docentes fueron citados a declarar. El director y cuatro maestros de la escuela Mossèn Albert Vives, donde algunas familias denunciaron que una profesora habló de lo ocurrido el 1-O en una clase donde había hijos de guardias civiles y que, después de que las familias se quejasen, la dirección decidió cambiar a los menores de aula; además de  la directora y un docente del centro Pau Claris.

La Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (Concapa) llegó a disponer de una federación en Cataluña, pero tuvo que disolverse tras un año de "presiones sociales, políticas y mediáticas" por su carácter "nacional"

 Como muestra de apoyo, los representantes de la Comissió de Suport a l'Escola Catalana de la Seu d'Urgell entregaron al Ayuntamiento de la ciudad las más de 40.000 firmas recogidas en apoyo al manifiesto en defensa de la escuela catalana. "La escuela de La Seu ha sido siempre un modelo de cohesión social, de buen aprendizaje, de colaboración entre los diferentes centros educativos, así como un buen modelo de ascensor social", afirmó el alcalde de La Seu d'Urgell, Albert Batalla (PDeCAT) cuando recibió a los miembros de esta comisión.

Sin embargo, la colaboración entre centros y asociaciones educativas religiosas se ve debilitada cuando se trata de cooperar con agrupaciones de carácter nacional. Tal y como ha podido saber este diario cuando la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (Concapa) -presente en toda España- dispuso de una federación en Cataluña, esta tuvo que disolverse tras un año de "presiones sociales, políticas y mediáticas". Pedro José Caballero, presidente de la confederación, recomienda que cualquier ciudadano que conozca algún caso de adoctrinamiento de cualquier tipo en las aulas debe "acudir a las autoridades competentes porque es ilegal".

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