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Cultura

El día en que el e-book se comió al libro de bolsillo

Imagen de las colección DeBolsillo de www.laisladeloslibros.com

El libro de bolsillo lleva seis años consecutivos de pérdidas en sus ventas. En 2016, la facturación alcanzó los 90,79 millones de euros, menos de la mitad y para ser exactos 55% menos del dinero que recaudó en 2010, cuando alcanzó un resultado de 162,37 millones de euros. Desde entonces hasta hoy, este formato ha pasado de aportar el 30% de la facturación total del sector al actual 4%. En un negocio como el editorial, que ha decrecido un 40% en cinco años, el Libro de Bolsillo es hoy casi siete veces más pequeño. Una caída en picado, por no hablar prácticamente de su muerte.

En 2016, la facturación alcanzó los 90,79 millones de euros, menos de la mitad y para ser exactos 55% menos del dinero que recaudó en 2010.

En 2010, el sector editorial diseñó una estrategia: se suponía que la crisis debía dar un empujón a  las ventas de los libros de bolsillo, por considerar que era la opción más atractiva para un público cuyo poder adquisitivo se vio mermado. Su precio era de 7,89 euros, una opción más que competitiva frente a ediciones de tapa rústica. Pero las cosas funcionaron justo de la manera contraria, hasta tal punto de que el tramo de la crisis se corresponde con la peor época del libro de bolsillo en años.  

Entre los años 1997 y 1999 el sector pasó de editar 4.600 títulos en formato bolsillo hasta llegar a los 6.233, es decir 1.730 títulos más en dos años. La tirada media era de 5.376 ejemplares, 326 ejemplares más de  la media obtenida para los libros en general. Casi 20 años después, se editan en formato bolsillo 4.471 títulos. ¿Quién y qué produjo el ocaso de un formato que décadas atrás revolucionó el mercado?

Una de las portadas creadas por Daniel Gil para Alianza Editorial.

Breve historia del bolsillo

Atrás quedaron aquellos días en los que El principito, de Saint Exupery, vendía un millón y medio de ejemplares vendidos; El árbol de la ciencia, de Pío Baroja, 750.00 o El lobo estepario, de Hemann Hesse, 450.000 y La Regenta, de Leopoldo Alas, 350.000... Corría entonces el año 1966 cuando José Ortega Spottorno  creó la colección El Libro de Bolsillo, de Alianza, que inauguró con una colección de 30 títulos. Los ejemplares costaban 50 pesetas. La intención de Spottorno fue hacer algo parecido a la colección Le Livre de Poche francesa. El primer título apareció en 1966 y fue Unas lecciones de metafísica, de José Ortega y Gasset.

Spottorno incorporó a su equipo a Jaime Salinas, que se encargó de los temas literarios. La posterior incorporación de  Javier Pradera y Daniel Gil, uno de los diseñadores gráficos que revolucionó la industria editorial, fue fundamental. Gil comenzó a trabajar en Alianza en 1965 y se marchó en 1989. En todo ese tiempo, Gil diseñó más  cuatro mil cubiertas. El catálogo de Alianza era lo suficientemente interdisciplinario como para que Gil tuviese que enfrentarse, por igual, a un poemario o un libro de matemática. Y lo hizo.  Convirtió el libro de Bolsillo en un objeto de diseño y de consumo.

Pero ésa no era la única referencia. Hay muchas otras, entre ellas la colección de bolsillo Club Bruguera, con aquellos sobrios colores eléctricos de títulos como  A sangre fría, Trópico de Cáncer, La Colmena, Si te dicen que caí, El siglo de las luces o El otoño del patriarca todavía se conservan en las bibliotecas de muchas casas. A ésas se suma, por ejemplo, la Biblioteca Básica Salvat.

Una evolución de las magnitudes del e-book.

Ocaso y muerte

Lo que en un comienzo se atribuía a un tema de contracción del consumo ha demostrado la aparición de otras variables de peso, una de ellas, un cambio en los hábitos de lectura. Según el informe de Comercio Interior de la Federación del Gremio de Editores, la facturación del libro digital en España se incrementó en un 1,5%, hasta situarse en 117,19 millones de euros. Esta cifra representa el 5% de la facturación total del sector. El número de títulos editados en este formato aumentó un 3,3%, hasta los 45.658 títulos.

Según el Barómetro de Lectura difundido el año pasado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el 78,6% de los encuestados decía leer habitualmente en papel, frente al 11,2% que lo hace en formato digital. Dos años atrás las cifras eran éstas: el 79,7% leía en papel y el 11,1% en digital. En lo que a producción editorial se refiere, el e-book  aumentó en 2016 un 2% al llegar al 13,5%, con un total de 23.656 ISBN frente a los 20.848 ISBN en 2015. Es decir, un 27,5% del total de la producción. El libro electrónico compite –en algunos casos- en precio con el formato De Bolsillo, y sus cifras demuestras que le gana ahí donde lo iguala: precio y comodidad de formato.

 

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