Quantcast

España

Rubalcaba prepara el cierre de filas con los ‘barones’ para acallar las voces que piden la ruptura con el PSC

El Partido Socialista de Cataluña (PSC) enfila los últimos días de la campaña electoral sin haber encontrado su espacio para evitar la debacle. Lo previsible es que le quiten votos por la derecha, por la izquierda y por el flanco nacionalista. Ello explica, según fuentes socialistas, el discurso tan errático de los principales dirigentes catalanes, primero apostando por la España federal y por la reforma constitucional y más tarde abrazando el derecho de autodeterminación, reivindicado, por cierto, en presencia de la ex ministra Carmen Chacón.

El PSC teme perder votos por la izquierda, por la derecha y por el flanco nacionalista, un escenario mortal, se reconoce en la dirección federal del PSOE

En el PSOE se asume que el PSC encara estas elecciones en un “escenario mortal de necesidad”, asfixiado por el debate territorial que tanto ha facilitado al PP y a CiU la polarización de la campaña. “Solo podremos salvar la cara si podemos jugar algún papel en la aritmética parlamentaria que resulte de las urnas, algo harto improbable”, aseguran fuentes de la dirección socialista.

Para apagar el incendio que provocará el previsible desplome del PSC, Rubalcaba convocará a los ‘barones’ territoriales de su partido a mediados de diciembre. Ya ha hablado con la mayoría de ellos sobre el tortuoso camino que aguarda al PSC y al PSOE después del domingo y la mayoría coincide en que lo prioritario es el cierre de filas, pues habrá voces que aprovecharán el nuevo descalabro electoral para cuestionar el liderazgo del secretario general, al igual que pasó tras el reciente desalojo de Patxi López de Ajuria Enea y la derrota de Patxi Vázquez en Galicia.

Rubalcaba teme que la propuesta de divorciarse del PSC dinamite todavía más la cohesión interna dentro de su partido

Pero lo que inquieta todavía más en Ferraz es que coja potencia la apuesta que algunos dirigentes socialistas ya han defendido a puerta cerrada para que el PSOE se divorcie del PSC y elabore su propia marca en Cataluña. Este envite puede convertirse en dinamita pura, teniendo en cuenta que de los 110 diputados socialistas que se sientan ahora en el Congreso, 14 forman parte de la lista que encabezó Chacón en noviembre de 2011.

Si Rubalcaba consigue apaciguar los ánimos y evitar que el fuego se extienda más allá de Cataluña, el Comité Federal que el PSOE celebrará en enero estará bajo control. De lo contrario, aseguran las mismas fuentes, es más que probable que en el máximo órgano del partido entre congresos se le exija al secretario general que anticipe las elecciones primarias para despejar cuanto antes el cartel electoral.

Nadie en las filas socialistas confía en Pere Navarro como candidato, lo que acrecienta el temor a un duro descalabro electoral el próximo domingo

En las elecciones celebradas hace dos años en Cataluña, los socialistas catalanes bajaron de 37 a 28 escaños, un suelo histórico, con la pérdida de 230.000 votos. Estos resultados no solo supusieron un serio revés para el PSC sino también para Zapatero, pues le debilitaron aun más de lo que estaba a solo seis meses de unas elecciones locales y autonómicas en las que el PSOE terminó cediendo la mayoría del poder territorial que había acumulado hasta entonces.

En la derrota del PSC de 2010 influyeron una opinión muy negativa de los catalanes sobre la situación económica, un juicio igualmente adverso sobre la coyuntura política, con el paro y la inmigración elevados al primer plano de las preocupaciones de los ciudadanos, todo ello sumado a una desaprobación general a la gestión de José Montilla. Dos años después,  el PSC concurre de nuevo a las urnas con un candidato, Pere Navarro, en el que nadie confía.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.