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España

El cálculo electoral de Rajoy retrasa el próximo Congreso del PP hasta 2017

El presidente del PP, Mariano Rajoy, en rueda de prensa en la sede de Génova.

La alta probabilidad de que el líder popular, Mariano Rajoy, no supere la investidura de la próxima semana, ante la negativa de Pedro Sánchez a una abstención de los socialistas, tiene una derivada interna en el futuro del PP, inseparable, por otro lado, de esa regeneración que exige Ciudadanos (como la celebración de primarias en los partidos). Una consecuencia directa de que Rajoy fracase el próximo 2 de septiembre y se vea obligado bien a protagonizar un segundo intento de investidura bien a ir a unas terceras generales en Navidad es el aplazamiento del próximo Congreso nacional del PP -debe convocarse este otoño- hasta 2017. Una renovación estancada.

Según fuentes populares consultadas por Vozpópuli, la maniobra realizada por el jefe del Gobierno en funciones la pasada semana ha aumentado las dudas internas sobre una convocatoria de dicho cónclave antes del 25 de diciembre, fecha de esos eventuales comicios. "La espera seguirá siendo larga", enfatizan. Tales fuentes visualizan tal escenario en tanto descartan "cualquier posibilidad" de que Rajoy, en los meses que restan de aquí a finales de año, dé un paso a un lado y permita que otro candidato del PP vaya a la investidura.

Barones del PP vienen reclamando desde hace meses que el Congreso nacional del partido sea convocado para octubre-noviembre. En realidad, esta cita, de gran importancia para el futuro de la formación, tocaba, según los estatutos, en 2015. Sin embargo, Génova alegó que al tratarse de año electoral, el cónclave sería pospuesto a 2016. Y todavía no hay fecha fijada. Tras las elecciones del pasado 20 de diciembre, la dirección popular supeditó la convocatoria del Congreso a que "se despeje la situación a nivel nacional" y "haya gobierno". Ni después del 20D hubo gobierno, ni tampoco parece que lo habrá tras el 26J si persiste el 'no' de los socialistas y los nacionalistas al proyecto del jefe del Gobierno en funciones.

La actitud de Rajoy tras el Comité Ejecutivo del PP escondió su malestar ante los intentos de algunos de sus barones por marcarle el paso

La actitud de Rajoy en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo del miércoles escondió su malestar ante los intentos de algunos de sus barones por marcarle el paso. Así lo explican las fuentes citadas y el propio análisis que hizo del culebrón la dirección de C's. Hasta 15 miembros del Comité -algo inusual en estos casos- pidieron la palabra para contestar a la exposición del presidente. Un aluvión de réplicas que llevó al líder del PP a zanjar todo debate y levantar la sesión, evitando así bajar a la arena de valorar las medidas anticorrupción exigidas por Ciudadanos y disuadiendo que el ruido interno fuera a mayores. Porque lo que es ruido hubo, por ejemplo, cuando el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, apeló a la "nueva etapa" que abrirá la convocatoria del Congreso nacional del PP en "poco meses". Pidió convertir la cita en un "revulsivo de regeneración" para el partido.

Herrera abogó por que se aprovecharan las condiciones fijadas por la formación de Albert Rivera -suscritas al día siguiente- para darles tramitación interna en dicho certamen. Aludió, en concreto, a la limitación a "ocho años" o "dos mandatos" para la Presidencia del Gobierno, una relevante modificación en la elección del candidato popular. No obstante, el texto firmado el viernes por populares y naranjas no incluye que tal limitación deba tener "carácter retroactivo", por lo que difícilmente afectará a Rajoy si decide presentarse a otras elecciones tras un gobierno breve en esta legislatura.

Otra demanda que C's, pese a no introducirla de inicio, va a plantear en la negociación del acuerdo de investidura con el PP es la celebración de primarias internas. El vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, señaló el sábado que tal medida estará sobre la mesa con toda seguridad, dado que está incluida en el "decálogo anticorrupción" del partido naranja, elaborado como base para los pactos en las comunidades autónomas.

Cifuentes también quiere primarias orgánicas

En la Comunidad de Madrid, la presidenta regional, Cristina Cifuentes, no sólo es partidaria de las primarias para conformar las listas electorales, sino también para la elección de los cargos orgánicos del PP. La dirigente popular, que también fue una de las voces que intervinieron en el Comité Ejecutivo del PP del miércoles para poner en valor su pacto con Ciudadanos, ya ha anunciado que presentará una enmienda en el futuro Congreso nacional del PP para modificar sus estatutos e introducir primarias. Además, el deseo de Cifuentes, presidenta de la actual gestora del PP de Madrid, es de emplear este sistema abierto en el próximo congreso regional de los populares madrileños, el cual no se celebrará, al igual que ocurre en otras delegaciones autonómicas, antes del certamen nacional. El retraso en la renovación de estas direcciones territoriales también está siendo importante.

Entretanto, el equipo de Albert Rivera sostiene, no obstante, que será "flexible" en esta cuestión para buscar un punto de entendimiento. "Nosotros no le vamos a hace las primarias a nadie", argumentan desde la formación naranja. De ahí que tal medida no formara parte de las seis exigencias preliminares. Además de Ciudadanos, PSOE y Podemos también incluyen las primarias como mecanismo de democracia interna para la selección de sus candidatos. El PP es el único de los cuatro grandes partidos que no las recoge en sus estatutos.

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