Quantcast

España

Desesperación en el Gobierno ante la inevitable prórroga del Presupuesto

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Economía, Luis de Guindos.

Moncloa se prepara para el peor de los escenarios. Una prórroga de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con los enormes contratiempos económicos que ello acarrea en forma de pérdida de credibilidad, sanciones, recorte de ayudas. Más de 5.000 millones de euros para empezar a hablar. El encuentro del presidente en funciones con el líder del PSOE constató la inviabilidad del diálogo para superar el atasco. Pedro Sánchez, 'hermético e intratable', según comentario de una fuente conocedorarechazó incluso recibir los documentos que le presentó Rajoy. Uno de ellos se basaba en el texto aprobado por el Comité Federal del PSOE en diciembre de 2015. “Nadie ha ido tan lejos, nadie se ha mostrado tan generoso, nadie se ha ofrecido tan abierto a negociar y sólo hemos escuchado que no a todo”, comentaba un alto dirigente de Génova

Una actitud extraña

El Ejecutivo en funciones se ha sumido en una carrera contra el reloj, alocada e intensa. Tres asignaturas pendientes sin apenas tiempo ya para aprobarlas. Hay que hacer los deberes en agosto y superar el examen en septiembre. Reducción del déficit, techo de gasto y presentación de presupuestos. Europa es muy estricta en sus exigencias. Rajoy conversó con Sánchez lo imperioso de formar un gobierno para sacar adelante todas estas cuestiones, que tienen que cerrarse a la vuelta del verano. “El líder del PSOE escuchó los argumentos de Rajoy como si le hablara del calor del Sahara, como si no fuera con él”, comenta la mencionada fuente. “Sánchez estuvo correcto pero displicente, muy poco receptivo, parecía disfrutar con su papel de frontón, de ese estereotipo de ‘míster no’ férreo e implacable que tanto le alaba su pequeño círculo de fieles”.

El 30 de septiembre es la fecha límite para aprobación de presupuestos. El 15 de octubre han de estar en Bruselas, junto al techo de gasto y a la senda del déficit. Para cumplir con ese cronograma, la investidura debería celebrarse, como tope, el 26 de agosto. "Ya no hay apenas tiempo’, comenta la mencionada fuente. “Llevamos ocho meses dando vueltas a la peonza y al final nos faltará tiempo”, subraya. 

Cuatro ministerios para Ciudadanos

El presidente en funciones abomina ante la idea de que pueda perderse el tren del calendario europeo. Un horizonte que algunos miembros de su equipo ya casi dan por hecho. “Quizás tengamos investidura, quizás se eviten las terceras elecciones, pero mucho me temo que no tendremos presupuestos, no llegaremos a tiempo”, comentan, entre la desesperación y el desaliento, en fuentes del equipo económico del Gabinete.

“Sería un desastre para nuestra economía”, se lamenta Rajoy a quien le quiere escuchar. Peor no se rinde. La operación ‘reblandecer’ al soldado Sánchez para que acceda a la abstención en la investidura no va a cesar. Sin muchas esperanzas. Se pone este miércoles en marcha, en paralelo, la presión sobre Albert Rivera, a quien Rajoy le entregará el mismo documento que despreció el líder socialista. Insistirá en ofrecer entrar en el Gobierno con responsabilidad en al menos cuatro carteras. Toda la presión sobre Ciudadanos para que, mediante la tan mentada carambola, el ‘sí’ del partido naranja fuerce a la abstención de Sánchez. Una posibilidad cada vez más lejana. También hablará Rajoy con Coalición Canaria, y le entregará los papeles, y con el PNV, y quizás con Convergencia. “Hablaré con otros partidos, con quien sea necesario”, señaló Rajoy. No sólo precisa superar la investidura sino lograr los apoyos necesarios para gobernar.

El equipo económico de Moncloa ha mantenido contactos con gente de Ciudadanos para avanzar en esta línea de compromisos europeos

El equipo económico de Moncloa ha mantenido contactos con gente de Ciudadanos para avanzar en esta línea de compromisos europeos. En especial, sobre los presupuestos. Montoro tiene muy perfilados el guión de los próximos Presupuestos y hasta ha conversado del techo de gasto con responsables económicos de algunas autonomías. El proyecto está empaquetado, listo para ponerlo en circulación en cuanto se desatasque el embrollo institucional. Un objetivo que actualmente parece inalcanzable. El reloj se acelera y los plazos de acortan.

Rajoy está mentalmente muy lejos de la posibilidad de presentarse a una investidura fallida. A “la humillación”, como la llaman en el PP. Confía en que el 'reblandecimiento' funcione. Primero, con Rivera, con los canarios y al final, con el propio Sánchez. “Creo posible llegar a algún tipo de acuerdo”, comentó el presidente en su intervención en la sala de prensa del Congreso, que no pisaba desde hace cinco años.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.