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"Comen marisco por tu bien, colocan a prostitutas con dinero público por tu bien. Dales las gracias"

Manuel Marín, director de Vozpópuli, analiza las últimas novedades del 'caso Koldo'

Lo malo de la corrupción es cuando se investiga, todo sale a relucir. El nuevo informe de la Guardia Civil ofrece demasiados indicios de que todo en el entorno de José Luis Ábalos estaba prediseñado para delinquir. Y Pedro Sánchez no podía no saberlo. Colocación de amigas a las que llaman sobrinas en empresas del Estado con dinero público como sueldo, negociaciones con comisionistas, chalés, pisos, mariscadas… Todo en el Ministerio de quien fue el número dos de Sánchez huele a corrupción masiva.

Y eso que Ábalos y Sánchez iban a ser los regeneradores de un sistema podrido, los adalides de la limpieza, los garantes de que nunca habría en España más Gürtels. Pues tras los ERE, inventaron una Gürtel aún mayor y, por cierto, más obscena. Nadie va a dimitir. Ni Ábalos dejará su escaño. Ni Sánchez dará una sola explicación. Lo que llama la atención es que ninguno de sus socios, ninguno de los defensores de las libertades y de la limpieza, tan progresistas, dicen una sola palabra. Es el silencio de los corderos. PNV, ERC, Junts, Bildu, Sumar… Todos callados porque normalizan y consienten la corrupción. Es la ley del embudo.

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