Tribunales

Jenni Hermoso, tras el beso no consentido de Rubiales: "Me dolió mucho que dijera a ti y a mí nos gusta lo mismo"

La jugadora de la Selección española declara en calidad de testigo

"Me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir en ningún ambiente laboral". La jugadora de la Selección española, Jennifer Hermoso, ha llegado a las 9:20 a la sede de San Fernando de la Audiencia Nacional para declarar en calidad de testigo por el beso no consentido de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), tras la victoria de España en el Mundial aquel día 20 de agosto de 2023.

Las futbolistas estaban recogiendo su medalla tras haber ganado el partido 1-0 contra Inglaterra en Australia cuando ocurrieron los hechos. La Fiscalía pide 2 años y 6 meses de cárcel por el beso no consentido y las presuntas coacciones posteriores a la jugadora. Unos hechos que quiso denunciar desde el primer día.

Según ha expresado a la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, cuando subió al pódium para recibir la medalla, saludó a todas las autoridades y, después, se encontró con Rubiales. "Nos abrazamos, le dije, la que hemos liado, y luego puso las manos en mis orejas y me dio un beso". Tal y como ha expresado Hermoso, en ningún momento le dijo que sí le podía dar un pico, pero tampoco tuvo capacidad para apartarse porque fue todo muy rápido. 

"Fueron milésimas de segundo, en ese momento sentí que estaba fuera de contexto totalmente, sabía que me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir en ningún ámbito social ni laboral". Por lo que se sintió poco respetada. "Fue un momento que mancharon de uno de los días más felices de mi vida y para mí es muy importante decir que en ningún momento busqué ese acto ni me lo esperé. Se faltó al respeto a mi persona", ha detallado. A pesar de la situación, ha querido aclarar que, aunque no estaba llorando por las esquinas por estar celebrándolo, ello no quitaba que se sintiese mal por la situación. 

Posteriormente, ha narrado lo ocurrido en el vestuario mientras estaban festejando. Le llamó Ana Álvarez, directora de marketing en ese entonces y le pidió que saliese del vestuario porque Rubiales quería hablar con ella en uno de los pasillos del estadio. El expresidente le dijo que se estaba "liando" en redes sociales con el beso y que había que pararlo ya, atribuyendo el hecho a la efusividad del momento. Pero en esos momentos, Hermoso estaba abrumada. "¿Por qué me tiene que pasar esto a mí en un momento que tanto he buscado?", se preguntó. 

Ya en el aeropuerto, ha comentado que Patricia Pérez, del equipo de prensa, le enseñó un comunicado firmado a su nombre que tenía por objetivo enviarlo a la prensa para parar la situación. La jugadora ha comentado que lo leyó por encima y que en él ponía que Rubiales y ella tenían una buena amistad y que lo ocurrido había sido la euforia del momento. Sin embargo, ha señalado que esa nota, pese a que iba firmado a su nombre, no había sido escrita por ella. "Nunca me comentaron de ese comunicado, ni en el trayecto ni en el autobús, no me preguntaron lo que quería poner o escribir. Ya estaba escrito". 

Sobre el meme en el que la comparaban con la nueva Sara Carbonero (simulando el beso con Iker Casillas) y del que se rieron en el autobús, señaló que, a pesar de eso, en ningún momento dejó de sentir lo que realmente estaba viviendo: rabia y frustración.

El vídeo conjunto que le pidió Rubiales

Una vez en el avión, comenzaron los cuchicheos en el equipo. Hermoso ha relatado que comenzó a notar mucho movimiento entre el equipo, sobre todo, en la parte delantera, lugar en que estaban tanto Jorge Vilda como Rubiales. "Estaban todo el tiempo reunidos, todos en círculo y la gente comenzó a ver que algo estaba ocurriendo", momento en el que le propusieron hacer un vídeo conjunto para minimizar el beso, algo que Rubiales le pidió directamente mientras hacían escala en Doha.

"Me pidió, por favor, que le ayudase porque se estaba liando mucho fuera y le estaban diciendo que había realizado una agresión sexual", pero ella se negó en rotundo. Asimismo, Rubiales le dijo que lo hiciera por sus dos hijas, que estaban en el avión llorando. Pero le reiteró que no.

En el transcurso de los hechos, a Hermoso hubo algo que le dolió mucho, y es que Rubiales le dijese: "a ti y a mí nos gusta lo mismo", refiriéndose a las mujeres. Por otro lado, ha señalado que ante la negativa de hacer el vídeo conjunto, el expresidente le comentó que iba a hablar con su familia. Decidió no hacer el vídeo porque, hay que recordar, era su jefe y "eso no era normal" pese a que pensó en las consecuencias de negarse a ello. Ha manifestado su poder era grande. 

Una vez llegada a España

Tras llegar a España de Australia, la futbolista ha comentado que, desde el primer momento, ha tenido cámaras siguiéndole las 24 horas del día fotografiándola hasta cuando desayunaba con su madre. Tenía miedo, por lo que se tuvo que ir de Madrid con su familia. Incluso recibió amenazas de muerte de todo tipo, por lo que la situación “era insostenible”.

Asimismo, ha relatado que, para sobrellevar esta situación, ha necesitado ayuda psicológica, pero no ha acudido al que ofrece la Selección. "La FIFA otorga salvaguardia, que es el que tiene que proteger a la jugadora, pero cuando pasó todo, nunca me dirigí a él, ni él a mí". Nadie de la Federación le preguntó por cómo estaba, lo que le hizo sentirse desprotegida.

Posteriormente, el equipo viajó a Ibiza. Allí, en el hotel, mientras estaban comiendo, se acercó a ella Rubén Rivera  con un teléfono -que estaba en la isla porque era el enlace para que las futbolistas pudiesen estar allí-  porque el director de Integridad quería hacer una vídeollamada a para hablar sobre el protocolo interno que se estaba llevando a cabo. Solicitó hablar con sus abogados porque no sabía de qué le hablaba.

Tal y como ha señalado, después de los actos protocolarios, estuvieron en el hotel en las hamacas. Momento en el cual Rivera le dijo que Albert Luque estaba en el hotel y quería hablar con ella. Momento en el que Hermoso decidió enviarle un mensaje a Luque, porque tenía confianza con él, para decirle que no quería hablar. Le pidió a su agencia que le dejara en paz porque estaban incluso hablando con sus amigas para poder acceder a ella.

Además, ha señalado que vio unos mensajes que Luque le envió a su amiga en el que decía que le deseaba lo peor y que tenía mucha bajeza humana por no quitarle el mayor marrón de su vida. Unas palabras que, para ella, fueron bastante desagradables porque él la consideraba su amiga.

"Lo siguiente que pasó fue la no convocatoria del Mundial con Montse Tomé, que era la segunda entrenadora de Jorge Vilda. Tuvo una línea continuista. Yo jugaba prácticamente todo en el Pachuca, y por nivel deportivo no desmerecía estar en la Selección. Había sido campeona del Mundo hace un mes y seguía preparándome". 

Hoy también han declarado en calidad de testigo Ana Álvarez Mesa, la directora del Fútbol Femenino de la RFEF y Patricia Pérez Requena, jefa de prensa de la selección española femenina. 

En los próximos días se sentarán en el banquillo de los acusados, además de Rubiales, el exdirector de la Selección española Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera. El Ministerio Público pide una condena de 1 año y 6 meses de cárcel por un delito de coacciones. Son las mismas peticiones de condena que solicitan tanto el abogado de Hermoso como la acusación que ejerce la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). No obstante, la futbolista de la Selección pide también que se prohíba a Rubiales acercarse a ella en una distancia de 500 metros durante cuatro 4 años.

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