En la Fiscalía existe una "quiebra sistemática de seguridad" en torno a la protección de datos confidenciales. Esta ha sido una de las afirmaciones que el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, Diego Villafañe, ha hecho este miércoles en su declaración ante el tribunal Supremo. La mano derecha de García Ortiz ha salido en defensa de la labor de su jefe al frente de la FGE y ha alineado su estrategia procesal con la de la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez: la filtración de datos confidenciales del novio de Ayuso no vino del Ministerio Público, más de 500 personas pudieron tener acceso a ellos.
El conocido como 'equipo Fortuny' cierra filas en torno al máximo representante del Ministerio Público y se escuda en la falta de medidas de seguridad en la Fiscalía para exonerar a García Ortiz de la filtración de información confidencial sobre el novio de Ayuso. Villafañe ha defendido este miércoles ante el TS, al igual que ya lo hizo Pilar Rodríguez y el fiscal general, que una cantidad incalculable de personas pudo tener acceso a la denuncia del fiscal contra el empresario González Amador sólo en Fiscalía y que esta cifra podría aumentar si se tiene en cuenta el número de funcionarios que pudieron consultar dicha información en Hacienda o en los juzgados de Madrid.
Esta versión ya fue defendida anteriormente por la fiscal jefe provincial de Madrid quien, además, descargó parte de la responsabilidad por la presunta existencia de una brecha de seguridad en la Fiscalía sobre la Comunidad de Madrid. Así lo reflejó la investigada en su declaración ante el juez Ángel Hurtado, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, en respuesta a las preguntas formuladas por su defenda, ejercida por la Abogacía del Estado. "La manera de trabajar, las medidas de seguridad que se toman o las medidas de seguridad que no tenemos es porque la Comunidad de Madrid no nos las proporcionan", afirmó.
Al respecto, la fiscal llegó a reconocer en Sala que pensó en incoar un expediente gubernativo para averiguar cuál había sido la trazabilidad de las diligencias de investigación, pero que finalmente no lo hizo. De esta forma, Rodríguez y Villafañe echan balones fuera y atribuyen la filtración de la denuncia de la Fiscalía a una brecha de seguridad para desvincularse de las acusaciones. Bajo esta premisa, la fiscal jefe de Madrid fue un paso más allá en su declaración para defender que ni ella ni ningún miembro del Ministerio Público había difundido el correo electrónico enviado por el abogado de la pareja de Ayuso al fiscal Julián Salto; según la investigada, el correo impreso estuvo en su mesa durante horas y existe la "posibilidad de que incluso las señoras de la limpieza hubieran visto ese correo".
Estrategia conjunta contra Lastra, principal testigo de la causa
En la misma línea, García Ortiz señaló ante el juez que el correo que finalmente fue publicado por la prensa también pasó por las manos de la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra. Aunque el principal investigado en esta causa aseguró estar seguro de que Lastra no lo filtró, quiso dejar constancia de este hecho como estrategia para romper con la correlación de hechos que el juez hace en su auto de imputación en el que el magistrado sostiene que existe una coincidencia cronológica entre la publicación en los medios y la posesión de los correos por parte del fiscal general.
Cabe recordar que fue la propia Lastra quien apuntó al máximo representante del Ministerio Público por la filtración del correo enviado por el novio de la presidenta madrileña al fiscal de delitos económicos Julián Salto. En su declaración como testigo, la fiscal expuso que se enfrentó a su superior por la difusión del 'email' y que este no negó los hechos. Según su versión, llegó a decirle, "Álvaro, has sido tú", a lo que el fiscal general respondió: "Eso ahora no importa".
Villafañe, Rodríguez y García Ortiz se unen para señalar a Lastra por manifestar cierto "desafecto" hacia quienes dirigen la Fiscalía General del Estado y, de esa forma, poner en duda la credibilidad de su testimonio. En esta línea, actuó la propia Abogacía del Estado, que ejerce como defensa de dos de los investigados, cuando el pasado 30 de enero solicitó al juez volver a citar a la testigo para descartar la "posible parcialidad" de Lastra en su declaración ante el Supremo.
Este miércoles, la mano derecha del fiscal general también ha aprovechado su comparecencia ante el juez para arremeter contra Lastra y afirmar que tiene "animadversión" a García Ortiz por "frustraciones personales y profesionales". Los tres investigados siguen la misma línea de acción: restar credibilidad a la principal testigo de la causa, cuya declaración ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid fue determinante para que se abriera la causa contra el máximo representante del Ministerio Público en el Supremo.
kjlm10
06/02/2025 07:24
Todo enredos, pero lo cierto es que García Ortiz se apresuro a borrar datos de su móvil con los que debería haber probado su inocencia. Y sin embargo los borra para ocultar su culpabilidad. Esto en un cargo público pagado con el dinero de todos y al servicio de todos es inadmisible. Apuntando claramente a un intento de borrar su responsabilidad incriminatoria para si mismo y para quien le dió la orden de hacer ese acto criminal.
MataNarcisos
06/02/2025 09:53
Y no es que este Fiscal IMPUTADO, le importe a quien depende "de", si no que el mismo es consciente de que si el IMPUTADO cae, a lo peor "canta" de quien le dio la orden de promulgar la información del ciudadano afectado por la divulgación INDIGNA de sus datos particulares. HACE TIEMPO QUE NO PASO POR DELANTE DE LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO, PERO POR LO VISTO, DEBEN DE HABER PUESTO UNAS ENORMES PANTALLAS LED EN LA FACHADA, QUE AL IGUAL QUE LOS AEROPUERTOS, UNO PUEDE LEER INFORMACIÓN PROTEGIDA, Y HASTA LOS CORREOS QUE DESDE ESA INSTITUCIÓN SE LEEN Y ENVÍAN, DE AHÍ QUE ESTE....VILLAFAÑE, ASEVERE QUE LA INFORMACIÓN DEL CIUDADANO AFECTADO, LA PUDO LEER 500 PERSONAS NADA MENOS... Lo cual, en si mismo, ya constituye un DELITO.
jopetas
06/02/2025 23:09
Los poderosos nunca están indefensos. La casta del PSOe protege a los suyos.