Tribunales

El seleccionador, Luis de la Fuente, será determinante para aclarar si la Federación coaccionó a Jenni Hermoso

La declaración del seleccionador como testigo llega justo un día después de la de la futbolista

  • Luis de la Fuente, en un partido de fútbol. -

La Audiencia Nacional continúa escuchando a los testigos para arrojar luz sobre lo ocurrido en la celebración del mundial femenino en Sídney cuando tuvo lugar el beso no consentido de Luis Rubiales, que por aquel entonces era presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a la jugadora Jenni Hermoso. Un beso que, además, desencadenó posteriormente en supuestas coacciones.

Conviene recordar que la Fiscalía pide 2 años y 6 meses de cárcel para Rubiales mientras que, para el resto de los acusados, el exdirector de la Selección española Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera, el Ministerio Público solicita 1 año y medio de prisión. 

Tras la declaración de ayer de Hermoso en calidad de testigo, seguida de la de Patricia Pérez, jefa de prensa de la selección femenina y la de Ana Álvarez Mesa, directora de Fútbol Femenino de la RFEF, hoy es el turno del seleccionador Luis de la Fuente. Su nombre comenzó a sonar cuando en noviembre de 2023 Patricia Pérez manifestó en el Juzgado de Instrucción Nº1 de la Audiencia Nacional que había recibido presiones por parte de Rubiales para respaldar su actuación en una reunión en la que de la Fuente había estado presente. Algo que ratificó ayer en el juicio. 

La que fue jefa de prensa de la selección femenina calificó ayer de "encerrona" una reunión que tuvo lugar en el despacho de Rubiales, en presencia de 7 personas más, entre las que estaba de la Fuente, donde se le instó a mentir sobre el beso no consentido. Según su testimonio, recibió por escrito las respuestas que debía dar en un informe interno de la Federación, el cual terminó exculpando al expresidente. Por lo que la declaración del seleccionador como testigo podría esclarecer lo sucedido en aquellas semanas y si hubo, o no, coacciones.

Pero no será el único que durante la mañana de hoy cuente su versión de los hechos al magistrado José Manuel Clemente Fernández-Prieto González. También lo harán Miguel García Caba -exdirector de integridad y vicesecretario general-, Pablo García Cuervo -director de comunicación de la RFEF-, Enrique Yunta Negra -subdirector- y Javier López Vallejo, exfutbolista y psicólogo de la RFEF.

Presuntos delitos de agresión sexual y coacciones

La sede de San Fernando de Henares de la Audiencia Nacional se convirtió ayer en el foco mediático de todas las televisiones, tanto nacionales como internacionales. Un centenar de periodistas de diversas partes del mundo aterrizaban en la sede judicial para seguir de primera mano el caso. Había prensa incluso de Australia. 

Rubiales llegó en taxi 45 minutos antes de comenzar la toma de declaración a las testigos acompañado de su abogada, Olga Tubau. A los 10 minutos llegó la futbolista, que actualmente vive en México al estar jugando en el CF Pachuca. Durante casi dos horas y media, Hermoso fue respondiendo una por una a las preguntas realizadas por todas las partes. Y, sobre todo, quiso dejar algo muy claro: que no llorase por las esquinas en el momento de los hechos, y que estuviese celebrando la victoria, no significaba que ese beso, que no fue permitido, estuviese bien. 

La futbolista tampoco quiso pasar por alto que ese beso llegó además de la mano del que era su jefe y señaló que eso era algo que no debía ocurrir en ningún ambiente ni social, ni laboral. En ningún momento le dijo que podía darle un pico, pero comentó que no pudo apartarse porque todo ocurrió en milésimas de segundo, lo que le hizo no sentirse respetada.  

Durante esos 150 minutos de declaración también narró que se sintió presionada. Contó cómo la sacaron del vestuario mientras celebraban la victoria contra Inglaterra para que Rubiales pudiese hablar con ella en uno de los pasillos del estadio. En ese momento, él le dijo que había que parar ya la situación dado que el vídeo del beso estaba circulando por todas las redes sociales.

Posteriormente, en el aeropuerto le enseñaron un comunicado firmado a su nombre, en el que Hermoso no había participado, que querían enviar a los medios de comunicación. En esa nota, según explicó, ponía que ella y el expresidente tenían una buena relación y que todo había sido fruto de la euforia.

También explicó que, en el aeropuerto, Rubiales le pidió hacer un vídeo conjunto porque "se estaba liando mucho fuera" y sus hijas, que viajaban en el avión, estaban llorando. Pero ella se negó. Además, confesó que hubo algo que le dolió mucho, y es que Rubiales le dijese: "A ti y a mí nos gusta lo mismo", refiriéndose a las mujeres. 

Las supuestas presiones continuaron en España

Una vez en España, las presiones continuaron, explicó. Ello sumado a que, además, tuvo a las cámaras siguiéndole las 24 horas del día, por lo que necesitó ayuda psicológica. "La FIFA otorga salvaguardia, que es el que tiene que proteger a la jugadora, pero cuando pasó todo, nunca me dirigí a él, ni él a mí", relató. Nadie de la Federación le preguntó por cómo estaba, lo que le hizo sentirse desprotegida.

Por otro lado, señaló que en Ibiza, Rubén Rivera y Albert Luque le llegaron a comentar a una amiga suya que tenía que haber ayudado a Rubiales a quitarle del "mayor marrón de su vida". 

"Lo siguiente que pasó fue la no convocatoria del Mundial con Montse Tomé, que era la segunda entrenadora de Jorge Vilda. Tuvo una línea continuista. Yo jugaba prácticamente todo en el Pachuca, y por nivel deportivo no desmerecía estar en la Selección. Había sido campeona del Mundo hace un mes y seguía preparándome". 

 

 

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