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El origen de la leyenda de Lara Croft

La historia comienza con un barco en el que nuestra heroína naufraga junto a unos compañeros de expedición. La puesta en escena es espectacular; en los primeros 10 minutos de juego la sensación de agobio, agonía y supervivencia se hacen presentes. Vamos, que estás deseando que termine. Hay que ponerse a la altura, realizar saltos imposibles y pegarnos unas caídas que nos duelen solo con verlas. Tras este inicio atropellado la acción se torna historia gracias a unos flashbacks que nos ponen en antecedentes.

La curva de dificultad está muy equilibrada, pero los puzles son demasiado sencillos de resolver. Se hace evidente la dificultad en el control en determinados momentos por los efectos de gravedad de algunos objetos con los que nos vemos obligados a interactuar.

Muy grande ese momento de la historia en la que nuestra heroína logra llegar a lo alto de una torre de comunicaciones (no sin antes tener que acabar con más de un enemigo) y transmite al jugador un momento de logro, de paz, de saber que la historia avanza adecuadamente después de tan atropellado inicio. Por supuesto este punto de la aventura no es más que el 20 o el 30% del total, pero trasmite esa sensación de que ha costado una barbaridad llegar a un punto que no parecía alcanzable en un primer instante.

Estos momentos son apreciados por quien sostiene el control de la heroína durante toda la aventura con situaciones más emocionantes aún. Un juego muy recomendable para quien siempre ha tenido un puntito de aventurero y quiere saber cómo se forja una leyenda como es Tomb Raider.

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