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Tecnología

La peligrosa competencia de los robots en el mercado laboral

Este robot trabaja como camarero en una cafetería china (Gtres).

El teórico y físico británico de la Universidad de Cambridge Stephen Hawking ha alertado de la fatal amenaza que puede suponer el desarrollo completo de la inteligencia artificial. Asociando a dicho extremo Hawking ve el “final de la raza humana”. “La inteligencia artificial podría ser un peligro real en un futuro no muy lejano”, pues “podría diseñar mejoras para sí misma y aventajarnos”, ha dicho Hawking. Sin embargo, no es necesario recurrir esa amenazante visión de máquinas inteligentes para tener miedo a los robots porque, a medio plazo, éstos ponen en verdadero peligro las vidas laborales de millones de personas. Así lo ha recordado un reciente estudio del banco ING-DiBa, con sede en Fráncfort (oeste alemán).

Para Alemania, cuya fortaleza económica ha traído a no poca mano de obra procedente de los países más afectados por la crisis –como España–, las estimaciones del informe de dicha entidad financiera no son nada halagüeñas. Quienes han podido analizar el contenido del estudio elaborado por ING-DiBa aseguran que en ese El Dorado del empleo en que se ha convertido el país de la canciller Ángela Merkel hasta 18 millones de trabajadores podrían perder sus empleos en beneficio de robots. Ese número representa más de la mitad de los cerca de 30,9 millones de personas que tienen trabajo actualmente en Alemania, donde la tasa de paro es del 6,5% de acuerdo con datos recientes de la Agencia Federal para el Trabajo.

La robotización de la mano de obra puede constituir “una bomba social”.

Dada la relevancia en la economía germana del complejo tejido industrial, la robotización de puestos de trabajo podría poner en peligro hasta el 59% de los empleos de Alemania en las próximas dos décadas, se señala en el informe de ING-DiBa. De este modo, parecen estar en peligro millones de empleos, muy especialmente aquellos relacionados con la burocracia; las ventas; el montaje, la instalación y el manejo de máquinas; las reparaciones; los trabajos nocturnos y los que menos cualificación precisan. Por todo ello, Tobias Kaiser, periodista del área de economía del diario germano Die Welt, escribía hace unos días que, en Alemania, “el impacto tecnológico de los cambios” que supone la robotización de la mano de obra es dramático. Constituye “una bomba social”, afirmaba Kaiser.

Si trabajas frente a una pantalla, tu empleo está en peligro

En todas las economías desarrolladas en las que se ha estudiado el impacto de la introducción de robots a gran escala, a los humanos se les suele ver perdiendo. En el Reino Unido, por ejemplo, el 35% de los trabajadores tendrían que buscarse otro trabajo porque el suyo, de aquí a 20 años, lo puede acabar haciendo un robot. Así lo planteaba a finales del año pasado un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford y la firma de cosultoría y auditoría Deloitte.

Según Martin Ford, ensayista de éxito estadounidense y empresario tecnológico en Silicon Valley, todo trabajo que suponga tratar información frente a una pantalla está en peligro. De ahí el elocuente título de su último libro, Rise of Robots: Technology and The Threat of a Jobless Future – (‘El ascenso de los robots: tecnología y la amenaza de un futuro sin trabajo’, Ed. Basic Books, 2015). Para investigadores como Carsten Brezeski, coautor del estudio de ING-DiBa, ese “ascenso” es en realidad una “transición que ya ha comenzado”.

España es el octavo país del mundo en cuanto al número de robots industriales en uso.

En China, donde se da trabajo a cientos de millones de personas, existen varias decenas de miles de robots industriales en activo. Un total de 35.560 se contaban hace unos días en las páginas de economía del diario Die Welt. En ellas se podía ver, además, la clasificación de los diez países que más robots de este tipo emplean a día de hoy. China figura en cabeza, por delante de Japón (25.110). En octava posición de dicha clasificación está España (2.764), mientras que Alemania se encuentra en el quinto puesto (18.297).

Con todo, esta irrupción de las máquinas en el mercado laboral no tiene por qué ser sólo alarmante. También hay quienes apuntan que asociada a la robotización de la mano de obra va la creación de otros tipos de empleo. “La progresión tecnológica creará espacio para el desarrollo de nuevas tareas y actividades para los humanos”, según Inga Burk, coautora del informe de ING-DiBa. Pero eso no significa que ese desarrollo vaya a ser fácil de sobrellevar, especialmente para quienes se vean sustituidos por máquinas en sus empleos.

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