La nueva fase de la liberalización del sector ferroviario supondrá la entrada de nuevos operadores ferroviarios, que operarán más rutas y comprimirán más los precios de los billetes. Un problema que tendrá que afrontar Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, con el sector perdiendo actualmente un 40% de los ingresos tras la llegada de Iryo e Ouigo.
Esto supondrá más problemas para Renfe, y no solo por la previsible caída en los ingresos por la venta de billetes, sino por los trenes con los que opera. El cuarto paquete ferroviario contempla que los operadores privados que consigan rutas o frecuencias para operar en España podrán disponer de los trenes públicos, en este caso los de Renfe, para dar servicio.
Así lo explica Rafael Escudero, portavoz del Sindicato Ferroviario. "Renfe estará obligada tal y como está planteado ahora el próximo paquete de liberalización ferroviaria, a ceder sus trenes a empresas privadas, una situación inédita".
En la actualidad el Gobierno trabaja en un borrador de orden ministerial para aplicar estos y otros aspectos de la liberalización en España. Lo hace en base a lo que Bruselas aprobó en este sentido en 2016. Las empresas y organismos implicados en la liberalización ya están presentando alegaciones
Otro de los problemas, según Sindicato Ferroviario, está en que se obliga también a la subrogación de empleados públicos a las empresas privadas que resulten adjudicatarias. Los empleados de Renfe temen perder las condiciones actuales en Renfe, "por no hablar de qué pasará con los empleados privados que se subroguen a Renfe en el caso de que la empresa pública gane concursos cuando estén en manos de empresas privadas", explica Escudero, en referencia a las habilitaciones, exámenes y pruebas que deben pasar los empleados de Renfe para poder llegar a serlo.
En la actualidad el Gobierno trabaja en un borrador de orden ministerial para aplicar estos y otros aspectos de la liberalización en España. Lo hace en base a lo que Bruselas aprobó en este sentido en 2016. Las empresas y organismos implicados en la desregulación ya están presentando alegaciones.
Un problema que es solo la punta del iceberg. La entrada de nuevos operadores, prevista en principio para el año que viene, sobrecargará y desgastará aún más las infraestructuras, por lo que es muy posible que si no se toman cartas en el asunto los problemas que se repiten en los últimos meses se vean agravados.
La liberalización, un problema para las infraestructuras
Hace unos días el presidente de Adif, Luis Pedro Marco, admitía que el mayor tráfico de trenes desde la liberalización y la entrada de la competencia ha generado un problema de gestión en las estaciones, que asegura que no pueden asumir ese flujo de pasajeros.
Marco ha asegurado que ya se está trabajando para solucionar estos problemas de capacidad, aunque cree que se tendría que haber previsto antes. "No voy a decir que nos ha pillado el toro, pero teníamos que haberlo previsto antes", señaló al respecto.
"Estamos en el ojo del huracán, con trenes de cientos de metros. Ahora nos encontramos que llegamos a un sitio con alta velocidad y la estación no puede asumir ese flujo. Todo esto genera un problema de gestión de estaciones", añadió.
Adif administra 15.000 kilómetros de red y 6.000 trenes todos los días, una distancia ingente que, sumada a los últimos desastres climáticos genera daños continuos en la infraestructura. Por ello, ha concluido, "hay que destinar nuevas inversiones".
Un problema que es solo la punta del iceberg. La entrada de nuevos operadores, prevista en principio para el año que viene, sobrecargará y desgastará aún más las infraestructuras, por lo que es muy posible que si no se toman cartas en el asunto los problemas que se repiten en los últimos meses se vean agravados.