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Tecnología

El lado oscuro de Internet, fuente de creación

Imagen de la exposición `The Darknet - From Memes to Onionland. An exploration`.

La conocida como red oscura (darknet) son determinadas zonas de Internet a salvo de buscadores, lugares que no todo el mundo conoce ni visita al poner en marcha su ordenador, su tablet o su smartphone. Este desconocido espacio virtual, que también suele llamarse Onionland, lo han construido los usuarios más duchos de Internet. Entiéndase también, los hackers. Ellos llevan años comunicando, creando e intercambiando contenidos de todo tipo a través de redes de uso compartido de archivos.

Precisamente al conjunto de esas redes -más seguras, privadas y anónimas- se denomina red oscura. Dado que en ella ser identificable cuesta más, abundan quienes se aprovechan de esta circunstancia para fines delictivos, como intercambiar pornografía infantil, información sobre drogas, técnicas de falsificación de documentos, etcétera. De ahí que en la Kunsthalle de San Galo reconozcan que “la red oscura tiene mala fama”.

Pero no todo es sombrío en el lado oscuro de Internet. Porque, por ejemplo, Edward Snowden, el ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos refugiado en Rusia tras dar a conocer el espionaje masivo al que su país tenía sometido al resto del mundo, se sirvió de la darknet para contactar a los periodistas del diario británico The Guardian que sacaron ese espinoso tema a la luz.

Arte inspirado y encontrado en La Red Oscura

Lo cierto es que hay mucho más que material dañino en esta otra cara de Internet. Y prueba de ello es que de ese contenido se sirven, más o menos, los artistas reunidos en San Galo. También lo demuestran los objetos que están llegando a la galería de arte helvética por obra y gracia del dúo de artistas que se hace llamar !Mediengruppe Bitnik.

Porque la pareja ha creado para la ocasión la obra Random Darknet Shopper -Comprador Aleatorio de la Red Oscura-, un programa informático que, con un presupuesto semanal de 100 dólares (unos 79 euros) en Bitcoins, hace compras a su aire en la Red Oscura. Un juego de llaves, tabaco procedente de Moldavia, una colección de El Señor de Los Anillos de John Ronald Reuel Tolkien y un bolso de marca Louis Vuitton destacan como primeras adquisiciones.

Enviaron un paquete que grabó su recorrido desde correos hasta las manos de Julian Assange

En activo desde 2006, !Mediengruppe Bitnik dio mucho que hablar en su día al intervenir varias cámaras del ubicuo sistema de vigilancia por vídeo de Londres. También causó revuelo cuando mandó un particular paquete a Julian Assange, fundador de Wikileaks y todavía refugiado de urgencia en la embajada de Ecuador en la capital británica. En dicho paquete, lo que había era una videocámara que estaba emitiendo en Internet su recorrido desde la oficina de correos hasta las manos de Assange.

Por su parte, el alemán Aram Bartholl se sirve en la obra expuesta en San Galo Forgot your Password? -¿Olvidaste tu contraseña?- de 6,5 millones de claves de usuarios de la red social LinkedIn pirateadas por un hacker ruso. Las ha dispuesto para leer en ocho libros. En esos volúmenes aparecen reproducidas, a modo de texto en prosa, dichas contraseñas.

¿Qué no debería salir de La Red Oscura?

Estos ejemplos artísticos obligan al visitante de la muestra a cuestionarse sobre ciertas derivas sociales relacionadas con el consumismo, la seguridad o la falta de privacidad. También el concepto mismo de identidad se pone a prueba en la muestra gracias, entre otros, al británico Heath Bunting, uno de los pioneros del arte en Internet. “Él está interesado en crear identidades ficticias a través de objetos de verdad”, según explican desde San Galo a Marabilias la obra conjunta Status Projet -Proyecto Status-. En ella Bunting colabora con un puñado de efectos personales e intransferibles que, en realidad, no pertenecen a nadie.

'La Gran Muralla de los Memes' incluye muchas de las imágenes humorísticas más populares

Pese a lo inmaterial que pueda resultar las fuentes artísticas con las que trabajan los creadores expuestos en San Galo, la muestra se ha esforzado por dar manifestación física a las obras. De ahí que, por su tamaño, sobresalga en las salas de la Kunsthalle suiza The Great Wall of Memes -La Gran Muralla de los Memes-, una obra de la crítica de arte y comisaria italiana Valentina Tanni. Ella ha hecho acopio en este mural de memes, imágenes humorísticas que surgen en Internet a diario y que los internautas intercambian ad infinítum.

Gracias a su selección de memes, entre otras cosas que no tienen por qué salir de la Red Oscura, The Darknet - From Memes to Onionland. An exploration puede reivindicarse con acierto como un viaje exploratorio a esa forja artística que es Internet.

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