Volvieron los ataques y no se fueron las sospechas. La centésima edición del Tour de Francia ha vuelto a enganchar al aficionado por los ataques en la montaña, que habían desaparecido en 2012, pero no ha logrado quitarse de encima la sombra de la sospecha de dopaje que acecha al ciclismo. Con Froome en lo más alto del podio, segundo fue el colombiano de Movistar, Nairo Quintana, y tercero el español Joaquim Rodríguez. Contador acabó 4º, y Valverde, 7º.

Si el martes fue Indurain, mejor ciclista español de la historia, quien defendió a Armstrong, el miércoles ha sido el mejor corredor actual, Alberto Contador, el que ha dado la cara por el estadounidense. Lo ha hecho precisamente en Francia, tras la presentación del Tour 2013, y, claro, las críticas a la permisividad de España con el dopaje arrecian.

La Agencia Antidopaje de Estados Unidos anuncia su decisión en un comunicado hecho público este viernes después de que Lance Armstrong renunciara a comparecer ante la comisión de arbitraje para responder de los cargos de dopaje que pesan sobre él. De este modo, el norteamericano pierde todas las competiciones ganadas desde 19998, incluidos sus siete Tour de Francia.

Desde el año 1993, más de la mitad de los ciclistas que han acabado en el podio de las tres grandes rondas, Tour, Giro y Vuelta, han dado positivo por dopaje o han estado envueltos en sospechas relacionadas con sustancias prohibidas. El último Frank Schleck, tercero en 2011 en los Campos Elíseos.

Aunque el ciclista español no volverá a competir hasta el 5 de agosto, fecha en la que finaliza la sanción que le impuso el TAS, su equipo ha querido demostrarle su apoyo al ampliarle el contrato.