Quien más y quien menos ha vivido un “momentazo” de estos en el que el hombre/ mujer que te gusta, tras unas semanas de relación te dice que se lo pasa muy bien contigo y tal y cual pero que lo siente mucho, que no se va a enamorar de ti y que lo vuestro “no lo ve” como una relación a largo plazo.  

Son los hombres que acuden al Tinder e Instagram como si fuera un supermercado de mujeres, una discoteca sin ley en la que todo vale para ligar. Eligen su presas, acosan, capturan sus fotos y se las llevan a otras redes para estudiar con otros hombres cómo atacar mientras comparten sus trofeos. Son los carroñeros de Tinder e Instagram. Personajes que retransmiten sus hazañas y conquistas en otras redes publicando material privado que acaba por todos los rincones de la red.

El gasto en los locales de ocio nocturno ha caído un 3,7% en 2018 respecto al año anterior y un 6,7% en 2017 respecto a 2016. El sector relaciona esta mala tendencia con las nuevas formas de relacionarse y el envejecimiento de la población

Tinder es una de las aplicaciones para ligar más exitosas y su número de usuarios no ha parado de crecer desde que fue presentada hace tres años. Un reciente estudio ha analizado el perfil de sus usuarios, descubriendo algunas sorpresas sobre su estado civil: