En la tele hay concursos para todos los gustos. Propongo uno nuevo: MasterThief, media docena de políticos en una residencia de ancianos, a los que intentan convencer de que les están subiendo la pensión

La televisión cuelga el cartel de vacaciones durante los meses de verano. Quitando cuatro estrenos contados, las cadenas prefieren vivir de rentas y rebajar el coste al mínimo para sobrevivir hasta septiembre trampeando al espectador. ¿Y si, en lugar de tanto 'día de la marmota', rescatásemos formatos del pasado que cumplieron con su labor? 

Una semana después del ingreso en prisión de Isabel Pantoja, Mediaset rescata la miniserie ‘Mi gitana’, que repasa la vida de la tonadillera desde sus inicios como promesa de la copla hasta convertirse en una estrella mediática implicada en una de las mayores tramas de corrupción política que han sucedido en España.

En un giro inesperado del destino, Telecinco ha decidido recuperar el programa Hable con ellas, como si no lo hubiese cancelado hace pocas semanas, y evidentemente, varias preguntas nos saltan a la mente: ¿era necesario? ¿Está justificado? ¿Quiénes se van a encargar de esta nueva edición? ¿Asistiremos a un clásico 'más de lo mismo' para cubrir el late night? Tratemos de darle alguna respuesta.

Desde hace 10 años el formato del late show en España ha ido desapareciendo. Las razones de la pérdida de estos programas han sido muchas, pero la principal, la baja audiencia. En cambio, en Estados Unidos los late shows son algunos de los programas más vistos. ¿Qué es lo que los late shows españoles necesitan para tener éxito? ¿Qué deberían aprender del formato estadounidense?

Cuando decimos la frase ‘hace diez años’ instantáneamente nos trasladamos a la década de los años 90, a pesar de que nos referimos a 2004. La nostalgia de la última década del siglo pasado ha vuelto últimamente en la moda y en la música, con los pantalones altos y el grunge y el rock de garaje. En cuanto a la televisión, los años 90 fueron prolíficos, emitiendo algunas de las series que movían a millones de espectadores. 

Cuando empieza la temporada estival más calurosa las cadenas de televisión modifican su programación. La mayoría de canales de televisión tienen un programa o serie que repiten cada verano hasta la saciedad. Las reposiciones son clásicos de verano que rellenan huecos a menor coste -y algunas obtienen hasta índices de audiencia decentes-. Hoy repasamos cuáles son las series de televisión que llevamos viendo los últimos veranos. 

Cualquiera que tenga niños en su entorno cercano, ya sean hijos, sobrinos, o primos lejanos, habrá sufrido en sus carnes la tortura de ver a los Cantajuegos, ese grupo de chicos y chicas con formación fluctuante que interpreta canciones infantiles de ayer, de hoy y de siempre.

A veces seguir una serie por televisión se convierte en misión imposible. Además de las interminables pausas publicitarias (a veces puestas donde caen, da igual si es en mitad de secuencia o, incluso, en mitad de un diálogo) hay otros factores que hacen que el espectador se sienta estafado: no respetar la hora de emisión anunciada, cambios de día, cambios de hora, quemar los capítulos de tres en tres y que para ver el último haya que renunciar a horas de sueño…

¿Se imaginan que las Mama Chicho volvieran a la tele? ¿Cuánto hace que no vemos a nadie fumando en una tertulia? ¿Tendría cabida en la televisión actual un programa como El show de Benny Hill? ¿O como Viaje con nosotros? ¿Qué pasó con los contenedores de programación infantil de las cadenas generalistas?

Con la primera edición de Gran Hermano en Telecinco, el reality llegó a España y, con él, la posibilidad de convertirse en famosete de la noche a la mañana. En famosete odioso, en más de una ocasión.

¿Cuántas veces hemos dejado de ver un programa porque alguno de los protagonistas nos cae mal? Este peligro se acentúa en el reality, que siempre busca personalidades y situaciones extremas que puedan dar espectáculo… y a veces se pasan