Es muy posible que no mucha gente hubiera apostado a finales de los años 60 por la supervivencia en pleno 2014 de una banda de rock inglesa, que se había llamado The Spectres, después Traffic Jam y que finalmente, había mutado a Status Quo. Habían comenzado como practicantes de un pop de esencia psicodélica para terminar siendo el paradigma del boogie rock de piñón fijo, peleón, obrero, estéticamente macarrilla pero con una imagen de honestidad a prueba de bombas. Y el hecho es que aquí siguen por sorprendente que parezca.