Los laboratorios de microbiología vivieron semanas al borde del colapso. Nervios, escasez de reactivos y turnos interminables fueron la tónica habitual. Esta es la historia de los científicos que tuvieron que reinventarse para suministrar pruebas PCRs en los peores momentos de la pandemia.

La aparición de nuevas olas epidémicas dependerá del propio virus, de su capacidad de variación y adaptación al ser humano. De nuestra inmunidad, de si realmente estamos inmunizados y protegidos contra él. Y de nuestra capacidad de trasmitirlo y controlarlo.

Un equipo de investigadores ha descubierto que la microbiota de determinadas donantes es el doble de efectiva que la media y tratan de averiguar las claves de este fenómeno para mejorar esta terapia.

El éxito de las terapias de intercambio de microbiota está llevando a las autoridades a tomar medidas de control. Un nuevo artículo en la revista Science propone un sistema de regulación que no paralice los tratamientos.

El microbioma de los últimos cazadores-recolectores varía sustancialmente durante los periodos de lluvia y sequía. También es radicalmente distinto al de los habitantes de sociedades industrializadas, lo que puede ayudar a entender algunos problemas de salud.

Algunos científicos investigan cómo aprovechar las capacidades de los virus para nuestro beneficio. En muchos casos, su presencia contribuye a mejorar determinados aspectos o combatir infecciones.

Investigadores de la Universidad de Aston analizan la tasa de transferencia de bacterias sobre un alimento en diferentes superficies y en periodos de 3 a 30 segundos. El resultado indica que en determinadas circunstancias la contaminación es mínima, aunque lo aconsejable es no comer nada del suelo.