El 2 de agosto de 1990 Sadam Husein invadió Kuwait, dando pie a la intervención militar norteamericana y británica para expulsar del emirato a los invasores y volver a instalar a la familia Al Sabah en el trono. Solo al final de la guerra se supo que, además de los pozos de petróleo, habían ardido algo así como 55.000 millones de pesetas que la Kuwait Investment Office (KIO) mantenía en el Grupo Torras.