A Zarzuela se le escapó que la televisión griega difundiría una secuencia que abrió los informativos españoles: los dos besos y la caricia afectuosa en la espalda de Felipe VI hacia su padre

Es tradición que los reyes acudan a la misa del domingo de Resurrección durante su estancia en Mallorca. Este año no iba a ser menos, y así han acudido con la reina Sofía y con la princesa y la infanta Leonor y Sofía respectivamente, bajo la atenta mirada y la ovación del pueblo, en torno a un millar de personas, que se agolpaba alrededor de la esperada foto del día en Palma.

Doña Sofía conduce con habilidad el reencuentro de la Familia Real. A diferencia de la anterior operación tras el episodio de Botsuana cuando la Reina, muy irritada, fue a ver al Rey tres días después, esta vez se han visto imágenes amables, sonrisas y optimismo en la Quirón en torno al Rey. Incluso la Infanta Cristina abandonó su 'exilio' en Ginebra para visitar al Monarca.

El Rey y la Reina juntos en un acto público, el himno de España tarareado y no silbado, el título para el equipo del heredero... Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia fueron protagonistas de una noche plácida. De dos horas balsámicas durante las cuales revivieron sus mejores años de reinado, cuando ni Urdangarín ni Corina llenaban titulares de prensa casi a diario. 

La reina cumple 74 años, pero tiene pocos motivos de celebración. A la delicada situación de su hija y de su yerno Iñaki Urdangarin, a los escarceos del rey en Botsuana y a las desventuras de su nieto Froilán, hay que sumar ahora la demanda presentada por doña Sofía contra la agencia de contactos que la ridiculizó.