Investigadores argentinos han descubierto los restos de una nueva especie a la que han bautizado como Ingentia prima, “el primer gigante”. Un dinosaurio de 10 toneladas en una época en la que la mayoría de estos animales aún pesaban menos de 100 kilos y que ayudará a entender cómo se produjo el gigantismo.

Morder y desgarrar era la técnica de los terópodos como el T. rex para devorar a sus presas. Sin embargo, no todos atacaban a las mismas: algunos se atrevían con las más grandes y luchadoras, mientras que otros se conformaban con las más pequeñas o blandas.

El análisis mediante de los fósiles nuevas técnicas de imagen permite conocer mejor la anatomía de estos dinosaurios del Jurásico y descubrir que desarrollaron el vuelo activo antes que las aves modernas.