El futuro de la ampliación del Canal de Panamá debería desvelarse la semana que comienza mañana. Precisamente este lunes o bien el martes volverán a reunirse el consorcio adjudicatario de la obra, que lidera Sacyr, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y la aseguradora Zurich para comprobar los avances en las negociaciones que se han mantenido desde su anterior encuentro y cuyo principal escollo es el aspecto económico. De ahí que, en paralelo, Panamá está muy pendiente de la Comisión Europea, que también albergará un encuentro con un elemento que se antoja clave: el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La Comisión Europea se ha erigido como la última esperanza para tratar de desbloquear el conflicto por los sobrecostes de las obras de ampliación del Canal de Panamá, que afecta al consorcio que lidera Sacyr y que fue adjudicatario del principal contrato. El vicepresidente comunitario y comisario de Industria, Antonio Tajani, asumió el papel de mediador e hizo mención al Banco Europeo de Inversiones (BEI) como uno de sus contactos prioritarios. 

ACS será pionero en el empleo de los bonos-proyecto. El grupo constructor y de servicios se encargará de estrenar el mercado de este producto para refinanciar la deuda asociada al proyecto del almacén de gas Castor, que controla junto con una empresa canadiense, y que asciende a unos 1.500 millones de euros. Santander y Bankia figuran entre los acreedores de Escal, la sociedad constituida para llevar a cabo el proyecto.

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) está analizando un conjunto de proyectos de infraestructura con vistas a comenzar a facilitar la financiación de través de los denominados bonos-proyectos, aprobados por el Consejo Europeo a finales del pasado ejercicio. Entre los más avanzados se encuentra un contrato para la mejora tres autopistas en Escocia, valorado en unos 500 millones de euros, por el que está pujando Ferrovial.