Luces y acción. Empiezan las compras, las aglomeraciones y las cenas de empresa. También los quebraderos de cabeza, las idas y venidas, los regalos y los reencuentros. Hasta los anuncios

En la intimidad, a algún alemán se le ha escuchado decir que lamenta que sea un Aldi o un Lidl lo que le pille más a mano a la hora de hacer las compras cuando anda de vacaciones en un perdido rincón del sur de Europa. Lo cierto es que esta pareja de cadenas de supermercados germanos, especializados en la venta de productos a precios reducidos, no para de encontrar adeptos. Ocurre especialmente en la Europa meridional, donde los bolsillos aún andan doloridos por los efectos de la crisis. De crisis, estas compañías no pueden hablar. Tienen el viento a favor.