Todo comenzó el 2 de abril de 2014 con la denuncia de Francisco Valiente, entonces director de Ingeniería y Construcción de la compañía, quien hizo llegar al Consejo mediante notario un centenar de folios en los que se recogían las supuestas irregularidades en Acuamed. Casi dos años más tarde, el juez Eloy Velasco pone en marcha la 'Operación Frontino'.

La sociedad estatal creó a marchas forzadas un Comité de Control Interno al conocer que la Fiscalía Anticorrupción investigaba la denuncia del directivo que ha destapado el escándalo. Su misión debía ser revisar las adjudicaciones en busca de irregularidades. Al frente del mismo situó a uno de los colaboradores de Arcadio Mateo, presunto cabecilla de la 'mafia del agua'.

Pablo Saavedra presidió el Consejo de Administración de la sociedad estatal en el que se decidió "por unanimidad" despedir a dos empleadas de la compañía que respaldaban las acusaciones de Francisco Valiente, el ingeniero defenestrado catorce meses antes por denunciar irregularidades en adjudicaciones. Entonces, el juez Velasco ya tenía en marcha la investigación que ha terminado por confirmar los engaños descubiertos por los tres sancionados y que desembocó el pasado mes de enero en la 'Operación Frontino'.

El acta del consejo de administración del 2 de abril de 2014 recoge, a petición de Arcadio Mateo, el despido del directivo que destapó el escándalo "por falta de confianza". Todos los consejeros, "por unanimidad", respaldaron la propuesta del director general y jefe de la trama corrupta, sin siquiera analizar las graves acusaciones vertidas contra los altos directivos y la documentación de la denuncia, lo que se pospuso para el "siguiente consejo".

Federico Ramos de Armas, actual subsecretario de Presidencia, era presidente de Acuamed cuando en marzo de 2014, el director de ingeniería, Francisco Valiente, denunció las irregularidades detectadas. El número 3 de Moncloa y hombre de confianza de la vicepresidenta en funciones decidió entonces frenar esa denuncia, abortar cualquier tipo de investigación interna y destituir de forma fulminante al directivo que alertó de las prácticas corruptas.    

García Tejerina ha precisado que no es su decisión acudir al parlamento a dar explicaciones sino que debe acordarlo la Mesa del Congreso. En este sentido, ha subrayado que si así lo decide acudirá con toda la información de la que disponga, que será la que le suministre el Consejo de Administración de Acuamed.