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Sociedad

¿Secuestro? ¿Accidente? El misterio rodea la desaparición de un policía español en Yemen

Imagen facilitada por la familia de Antonio Cejudo

¿Dónde está Antonio Cejudo Ballesteros? ¿Qué le pasó el jueves pasado, último día del que se tienen noticias de él? La desaparición en Yemen de un policía español destinado en la Embajada de nuestro país en Sanaa está, al escribir estas líneas, llena de incógnitas. Lo único de lo que se tiene certeza es que el viernes tenía previsto desplazarse al aeropuerto de la capital yemenita para tomar un avión que le trajera a España a pasar unos días de vacaciones. No hay constancia de que llegara al aeródromo. Ni siquiera de que, como se apuntó en un primer momento, llegara a subirse a un taxi para desplazarse hasta él. El jueves fue el último día que le vieron sus compañeros de la delegación diplomática.

La hipótesis del secuestro yihadista, la primera que se barajó, no termina de confirmarse y deja paso a otras suposiciones

Sólo se sabe que Antonio, de 38 años de edad, no aterrizó en Madrid el viernes. Ni el sábado. Y que a partir de ese momento, su familia se puso en contacto con las autoridades del Ministerio del Interior y de Asuntos Exteriores para alertarles de la desaparición. Su hermano Javier describía este domingo aquellos duros momentos en su blog: "Tras esperar con preocupación durante la tarde del viernes y la mañana del sábado, y ante la imposibilidad de contactar con él por teléfono porque estaba apagado, ayer sábado por la tarde di la señal de alarma y contacté con la Embajada en Yemen para preguntar. Ahora sé que desapareció el jueves por la tarde y las autoridades todavía no han dado con su paradero".

El propo Javier Cejudo también intentaba en su blog alejar el fantasma de un secuestro a manos de grupos yihadistas, muy activos en aquel país. "Es un error confirmar que está secuestrado, todavía es prematuro. Parece infundado afirmar que mi hermano fue secuestrado por un grupo cuando se dirigía al aeropuerto", decía tras aparecer en la noche del sábado las primeras noticias en la prensa española apuntando en esta dirección. No obstante, en su cuenta de twitter había afirmado horas antes: "La cosa pinta mal, parece un secuestro. No me creo que esté pasando, en estado de shock". Este domingo, a media tarde, se limitaba a afirmar en su cuenta en esta red social que "la investigación sigue su curso, siguiendo pistas en Sanaa".

También parcos en información se mostraban este domingo desde Interior y Asuntos Exteriores. "Todas las hipótesis están abiertas, también la del secuestro, pero hay otras que no se descartan, ni mucho menos", afirmaba a Vozpópuli un portavoz oficial de la Dirección General de la Policía. Por su parte, la Oficina de Información Diplomática se limitaba a confirmar la desaparición y que se estaban haciendo gestiones ante las autoridades de Sanaa para localizar al agente. "Cautela y discreción", repetían. Su hermano Javier se sumaba a esa petición a través de su blog: "Preferimos ser discretos y dejar trabajar a las autoridades".

Sin embargo, a media tarde del domingo un medio de comunicación aseguraba en su edición digital que Antonio podía estar pasando en el momento de su desaparición por un mal estado ánimico fruto de un problema de salud y sugería la posibilidad de un suicidio. Las fuentes consultadas por este diario se limitaron a indicar que esos detalles "pertenecen al ámbito íntimo familiar", pero ni confirmaban ni desmentían que esa fuera una de las hipótesis de trabajo de las autoridades españoles. Sin embargo, la información provocó la reacción familiar. Sobre las once de la noche, el hermano del agente mostraba el malestar familiar en su cuenta de twitter: "Indignados estamos con la capacidad de ciertos medios de tergiversar y desinformar". Por su parte, el portavoz policial insistía en que "durante todo el día de hoy [domingo] no ha habido nuevos datos de la desaparición".

Miembro de las Unidades de Intervención Policial

Antonio Cejudo, policía desde hace seis años, pertenece a las Unidades de Intevrención Policial (UIP, los conocidos popularmente como antidisturbios). Tras estar destinada en la UIP que tiene su sede en Granada, el agente pasó a ocupar un puesto en la unidad central, con sede en Madrid, desde la que fue destinado a la embajada de Yemen hace dos años como agregado de seguridad de la oficina diplomática de la capital. Allí ha sido testigo directo, durante todo este tiempo, de los convulsos acontecimientos que se han sucedido en el país como consecuencia de la 'primavera árabe' y que obligaron a evacuar a todo el personal de la representación española el pasado mes de junio. Este domingo, su hermano aprovechaba las redes sociales para dar las gracias por los mensajes de ánimo que estaban recibiendo: "Perdonad que no conteste uno a uno. Mi familia y yo sentimos vuestro cariño", escribía a media tarde del domingo en twitter.

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