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Sociedad

Las mujeres acuden con peor salud, más tarde y más solas a tratar adicciones

Las mujeres acuden con peor salud, más tarde y más solas a tratar adicciones

La cuestión de género en España se refleja también en las adicciones: las mujeres acuden más solas, más tarde y con peor salud a los programas que ofrece la Asociación Proyecto Hombre. Así podríamos resumir el tema principal de las XX Jornadas de la asociación, que se celebraron la semana pasada en Madrid bajo el lema 'Proyecto Género: Visión Integral de la Intervención en Adicciones'.

“La problemática de las mujeres es muy diferente en muchos aspectos, más grave y requiere una atención específica”, asegura el presidente del Comité de Jornadas de la Asociación Proyecto Hombre, Pedro Pedrero. Con las jornadas, la asociación pretende presentar formas de intervención a la luz de la investigación y la evidencia científica y promover la actualización y la reflexión permanente respecto al abordaje del género en el trabajo con adicciones.

La directora, Elena Presencio, habla incluso de “invisibilización” de las mujeres en el ámbito de las drogodependencias. A su parecer, a cualquier persona le resulta difícil reconocer que tiene un problema y esa dificultad se agrava mucho más en las mujeres porque la presión social y familiar es mucho más fuerte, igual que el miedo a un estigma de por vida.

Pedreiro reconoce que los programas de la Proyecto Hombre pueden no ser del todo accesibles y que queda mucho camino por recorrer en este sentido, aunque la ONG aplica la perspectiva de género en todos sus recursos. “La transversalización conlleva tener en cuenta la perspectiva de mujeres y hombres en la elaboración y puesta en marcha de programas e intervenciones”, sostiene.

Más mayores y con menos apoyo

Las mujeres atendidas en los centros de esta ONG tienen una edad media dos años mayor que los hombres, exactamente de 40 años. En general, presentan un menor apoyo socio familiar y una mayor vulnerabilidad. De hecho, un 10% vive con sus hijos, frente al 1% de los hombres que están en la misma situación. “Las cargas familiares pueden ser una de las principales causas por las que tienen más dificultad para acceder a tratamiento”, señala Presencio.

Su nivel de estudios suele ser sensiblemente menor que en el caso de los hombres, algo que también ocurre en el estatus laboral: Hay más desempleadas, más trabajadoras domésticas y más asalariadas con jornadas más reducidas. Y todo esto hace que muchas de ellas vivan en mayor medida que los hombres de ayudas económicas externas no derivadas del trabajo: familiares, amigos y ayudas sociales.

Las mujeres suelen tener más problemas relacionados con el alcohol y los hombres con la cocaína

Además, padecen problemas de salud crónicos que interfieren en su vida en mayor medida que en la de los hombres (41% frente a 29%). Y toma medicación de manera más regular (35% frente a un 25%). Aunque los problemas y trastornos mentales siguen el mismo patrón de severidad, lo cierto es que las mujeres padecen más ansiedad y más depresión que los hombres. Solo en el caso de las conductas violentas los hombres refieren tener más problemas que las mujeres (42% frente al 39%).

En cuanto a los problemas legales, son mucho menores respecto de los hombres. En el momento del ingreso
sólo tiene causas pendientes un 13% de mujeres frente al 21% de hombres, y apenas en un 3% su ingreso en Proyecto Hombre ha sido sugerido por un juez. Sólo un 3% está en libertad condicional.  El perfil de consumo problemático también es diferente, las mujeres tienen más problemas con el alcohol y los hombres con con la cocaína. Y la edad de inicio en el consumo de cualquier sustancia suele ser más tardía. 

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