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Sociedad

Los maromos de Laura, el doble de Marhuenda y las bromas (malas) de Mariló

Ya está aquí, señores. No ha podido evitarse la catástrofe. Se ha estrenado Un príncipe para Laura. Este programa que se emite en Cuatro es algo así como un Mujeres y hombres y viceversa, sin duda el peor producto televisivo que existe hoy en España, pero revestido de cierta calidad (si es que esta palabra puede usarse en este contexto) gracias a una presentadora de cierto éxito, Luján Argüelles, a un gran trabajo de producción y postproducción -eso no puede negarse- y a altas dosis de humor. Sin embargo, en el fondo estamos ante la misma idea denigrante que consiste en que una individua sin oficio ni beneficio, antes Corina y ahora Laura, acude a la tele para encontrar un maromo. Y quienes hacen el casting, que no son tontos, se ocupan de que entre los pretendientes haya unos cuantos, por no decir todos, con escasas neuronas y muchos defectos obvios.

En 'Un príncipe para Laura', que se emite en Cuatro, todo es pura falsedad y se lincha y humilla en tiempo real a los feos, estúpidos e idiotas que pasan por el plató

Por supuesto, todo es una pura falsedad. O sea, el amor, los príncipes azules o las historias de vida mínimamente interesantes brillan por su ausencia. De lo que se trata es de buscar la popularidad en una competición hilarante y demencial para ver quién es más friki, tiene más jeta o dice la tontería más memorable. Y uno, cuando asiste a este programa, aun con vocación de ser benévolo apoyándose en la risa, cae en la cuenta de que es realmente entretenido. Sobre todo para aquellos que se entretengan desternillándose de las miserias y carencias de otras personas y disfruten comentándolas masivamente en Twitter. O sea, el linchamiento en tiempo real y la humillación pública de los feos, los estúpidos y los idiotas que pasan por el plató. Todo muy progresista, muy sano y muy divertido. No dan pena los seres patéticos que se prestan a ser criticados porque ellos se lo han buscado. Son más patéticos quienes disfrutan machacándolos, auscultándolos, consumiéndolos.

Cambio de tercio. Nuestros admirados José Miguel Monzón, alias Wyoming, y Francisco Marhuenda continúan con su particular batalla. El cómico de La Sexta es muy travieso. Y ahora ha dado un paso más al crear un doble del director de La Razón. Se trata de Marhuender, que promete ser un personaje eterno en El Intermedio. Interpretado por Joaquín Reyes, el remedo del conocido periodista hace gracia por la caracterización. Pero en cuanto habla pierde la gracia. O sea, Marhuender es un buen Marhuenda si se queda callado. Ahí están su peinado y sus gafas inconfundibles. Pero en cuanto abre la boca desaparece la esencia del personaje verdadero. Y esto es un error imperdonable en cualquier caricatura. O el humorista se trabaja un poco más la voz, los gestos y los argumentos del periodista o mejor será que deje de engrandecer al hombre del que se intenta mofar. 

 

No dejamos a la derecha porque la protagonista de la semana, en televisión, radios, periódicos y redes sociales, es Esperanza Aguirre. Su infracción en la Gran Vía madrileña y posterior atropello y fuga es simplemente alucinante. Tanto da que hablar este asunto que la expresidenta de la región se hizo un tour por una multitud de medios de comunicación este viernes. Todos querían hablar con ella. Y ella contestó a casi todos. Sus tesis, compartidas o no, se repetían en cada lugar por donde pasaba. Hasta que llegó a Televisión Española. Ahí estaba la nunca bien ponderada Mariló Montero para arrebatar el protagonismo a la política. "Espero que los agentes fueran apuestos". Con un par de ovarios. Gracias, una vez más, querida paisana, por hacernos pasar estos ratos. Es obvio que, como ya argumentamos recientemente aquí, eres una incomprendida. 

Para terminar esta semana, dos noticias, una buena y otra mala, ambas relacionadas con regresos muy esperados, aunque por diferentes motivos. ¿Qué noticia quieren primero? Venga, vamos con la mala. Esta noche vuelve a Sálvame Deluxe esa mujer inefable llamada Rosa Benito. Si quieren torturarse o reírse hasta la extenuación -depende de cómo se tomen el testimonio-, pongan Telecinco. La buena nueva, que quizás ya sepan, es que la próxima semana, en concreto el miércoles, vuelve Máster Chef, uno de los pocos programas que merece la pena. Eso sí, si en TVE siguen con esta promoción desmesurada, abrasadora, cansina, me temo que sus protagonistas pueden morir de éxito. 

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