"El año pasado, 4.049 personas recibieron un trasplante renal, un récord histórico que supone una mejora sustancial para su salud y para la sostenibilidad del Sistema", ha indicado la ministra de Sanidad, Mónica García, a tenor del Día Mundial del Riñón, que como cada 14 de marzo, sirve para recordar la importancia que tiene mejorar el acceso de los pacientes al trasplante renal.
Además, en los últimos años estas intervenciones han ido mejorando notablemente, ofreciendo nuevas mejoras en los resultados y la calidad de vida de los pacientes que se someten a un trasplante renal. Una de las técnicas más destacadas es la edición genética CRISPR, que permite modificar genes específicos. Esta tecnología tiene el potencial de mejorar la compatibilidad entre donantes y receptores, reduciendo el riesgo de rechazo. Vozpópuli entrevista al Dr. Ángel Gómez Vegas, jefe de Sección de Urología en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que con más de 35 años de experiencia a sus espaldas en esta especialidad, explica las últimas novedades sobre trasplante renal.
CRISPR y edición genética. ¿Cree que los riñones modificados genéticamente podrían convertirse en una opción viable para el trasplante en un futuro cercano ayudando a reducir el rechazo inmunológico?
CRISPR es un acrónimo de una herramienta de edición genética que nos permite modificar el ADN, está siendo utilizada para el tratamiento de varias enfermedades y en el campo del trasplante con el fin de superar las barreras inmunológicas, esto se lograría modificando los genes que desencadenan la respuesta inmunitaria.
Del mismo modo si podemos eliminar genes que producen rechazo, al mismo tiempo que modificamos otros que aumenten la compatibilidad, sería factible la realización de trasplantes con órganos de animales, tal como el que se realizó en Boston en 2023 con el órgano de un cerdo. Pero es más, si modificamos células madre humanas se podrían generar órganos en laboratorio y que con su utilización se eliminaría el riesgo de rechazo inmunológico. Esto sería una medicina absolutamente personalizada, en la que se crearía un órgano a partir de las células madres del propio enfermo.
Tras la implantación de la ley de eutanasia en 2021. ¿Se ha observado un aumento en las donaciones. ¿Cuál es su perspectiva y cómo influye en la estrategia de obtención de órganos para trasplante?
Durante el año 2024 y a nivel nacional se realizaron 63 donaciones del llamado tipo V, 11 de ellas en la Comunidad de Madrid. Es decir, que en el conjunto de donaciones en España en ese mismo periodo, que fue de 2562 donantes, representa un pequeño porcentaje.
Donantes en asistolia ¿Qué desafíos y oportunidades presenta esta fuente de donantes en comparación con los donantes en muerte encefálica?
Según los datos aportados por la ONT, en España se superaron en 2023 los 3600 trasplantes renales. Los trasplantes a partir de donantes fallecidos en parada circulatoria se han consolidado en torno al 40% del total de trasplantes renales. Este grupo de donantes, no obstante, no es homogéneo, puesto que en él podemos diferenciar varios grupos según el fallecimiento se produzca en medio hospitalario o extrahospitalario, etc. Ello conduce a importantes desafíos para desarrollar diferentes estrategias en cada uno de ellos, lo que ha llevado a el desarrollo de diferentes protocolos en los que se encuentran implicados diferentes sectores tanto sanitarios como otros, como el judicial, emergencias…
¿Qué potencial ve en tecnologías como las máquinas de perfusión y cómo podrían cambiar el panorama de los trasplantes en el futuro?
Con respecto a la utilización de máquinas de perfusión, estas son dispositivos extracorpóreos que se utilizan para la evaluación, preservación y recuperación de los riñones destinados al trasplante. Una vez realizada la extracción, el órgano se puede preservar de dos maneras diferentes. La más habitual consiste en enfriar y sumergirlo en una solución especial, también en hipotermia. Esta misma solución evita los efectos deletéreos de la isquemia celular (daños que puede sufrir el órgano debido a la falta de sangre).
Como alternativa tendríamos la preservación en máquina con circulación continua de líquido de preservación generalmente hipotérmica hasta el momento del trasplante. Durante su estancia en la máquina se registran datos tales como la resistencia al paso del líquido o el flujo y estos datos pueden indicarnos la viabilidad del órgano así como intentar la mejora de estos parámetros mediante la administración de ciertos fármacos al propio órgano. En fase de investigación se encuentra la posibilidad de añadir a esta forma de preservación, una terapia con células madres mesenquimales, promoviendo la reparación renal, incentivando el flujo sanguíneo y reduciendo los daños inflamatorios.
Edad del receptor en los resultados del trasplante renal. ¿Cómo ha evolucionado la selección de receptores mayores y qué resultados se han observado en términos de supervivencia y calidad de vida?
Estamos asistiendo, en la actualidad, a un incremento tanto en la edad de los donantes como los receptores de trasplante de riñón, que en el caso de los donantes se sitúa en aproximadamente en 61 años, pero los que sobrepasan los 80 años alcanza el 5%. Por otro lado, la edad de los receptores de trasplante se encuentra en 59,2 años.
Dentro del intento de adecuación entre donante-receptor se juzga mucho por la edad, lo que conduce que se consideren los órganos procedentes de donantes de mayor edad a los receptores del mismo rango etario, lo que proporciona a una supervivencia del órgano y paciente adecuados con una considerable mejora en la calidad de vida. Quisiera señalar que al ser muy elevadas las edades tanto de donantes y receptores, esto conlleva el riesgo de establecer un nicho de pacientes sobre todo los más jóvenes que tendrían dificultad en el acceso a un órgano adecuado, este hecho puede ser corregido entre otros, con el desarrollo adecuado del trasplante de órganos procedentes de donantes vivos. Este trasplante tiene una supervivencia del injerto extraordinaria y aseguraría el trasplante de los pacientes más jóvenes.
Considerando los avances tecnológicos y terapéuticos actuales, ¿qué tendencias y desafíos anticipa en el campo del trasplante en la próxima década?
El momento actual como podemos ver es absolutamente apasionante, de un lado la mejor selección tanto de donantes como receptores, la incesante investigación y desarrollo de nuevos fármacos, la aplicación de técnicas quirúrgicas más eficaces y menos invasivas (aplicación de la robótica en el trasplante), el mejor control de las complicaciones y los notabilísimos avances en terapia génica hacen vislumbrar un futuro no muy lejano de mejoras en el tratamiento de la insuficiencia renal terminal mediante el trasplante renal con mejoría de la supervivencia y sobre todo con una mejoría clara en la calidad de vida de estos paciente.