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¿El virus se transmite por el aire? Toda la confusión sobre el debate científico de las vías de contagio del coronavirus

Imagen al microscopio electrónico del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19

A principios de esta semana, un grupo de 239 científicos internacionales presentaban una carta ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que advertían de que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 puede transmitirse por el aire, una vía de contagio que la OMS está "menospreciando" y cuyas consecuencias podrían ser devastadores.

Este martes, la OMS ha reconocido públicamente de que "cada vez hay más evidencia" de que el virus pueda tener transmisión aérea. No obstante, esta terminología puede implicar confusiones. El verdadero debate científico no radica en cuál es el modo en el que las personas contagiamos el virus -a través de las gotas minúsculas de líquido respiratorio que expulsamos al hablar, toser o estornudar- sino hasta qué punto estas gotas tienen la capacidad de mantenerse suspendidas en el aire, durante cuánto tiempo y lo que es más importante, hasta que punto pueden contagiar el virus.

Es decir, la comunidad científica está debatiendo la posibilidad de que el virus tenga dos vías de transmisión del virus diferentes: la transmisión por gotas de mayor tamaño -más de 5 micrones, medida para definir la millonésima parte de un metro- a través de los estornudos y la tos que alcanzan a alguien cercano y la transmisión por aerosoles, que implicaría que las partículas más pequeñas de ese líquido respiratorio pueden sobrevivir en el aire y contagiar, de tal manera que otra persona, incluso a más de dos metros de distancia, puede respirarlas y contagiarse. A esta última se refieren cuando hablan de transmisión aérea.

¿En qué se basan para determinar esto? En la advertencia colectiva, los científicos aseguran que en "interiores en velocidades interiores típicas, una gota de cinco micrones viaja decenas de metros”, con lo que cubre la totalidad de una habitación de dimensiones medias. Los científicos, que incluyen expertos en epidemiología, virología o física de fluídos, se basan en investigaciones sobre casos de "supercontagio" del virus SARS-CoV-1, responsable de la epidemia de SARS de 2003, pero también del SARS-CoV-2. Entre ellos destacan el caso de un coro estadounidense, relatado ya en este medio, o el de un restaurante en China, por citar algunos.

Menospreciar una manera de contagio

La crítica del grupo de científicos se centraba en que consideran que hasta ahora, la OMS ha menospreciado o pasado por alto el riesgo que esta vía de contagio implica. Hasta ahora, la postura oficial de esta organización y por ende, del Ministerio de Sanidad en nuestro país, es que el contagio se produce a través de las gotas más pesadas, aquellas que caen al suelo y a las superficies cuando tosemos, hablamos o estornudamos. Es por eso que la desinfección de espacios, la distancia de seguridad y el lavado de manos se han impuesto como las principales medidas de prevención.

Es importante tener en cuenta que lo que pedían los más de 200 científicos internacionales a la OMS es que reconozca que hace falta estudiar la posibilidad de que el virus puede contagiarse sin necesidad de que haya contacto directo con el infectado. En ningún momento están estableciendo que se trate de una enfermedad como el sarampión, donde la transmisión aérea es la principal vía de contagio, ya que se trata de un virus que sobrevive mucho tiempo en el aire, pero sí piden que se tenga en cuenta que en espacios cerrados con mucha gente, existe un riesgo.

Lo curioso es que es una demanda que la comunidad científica lleva haciendo meses y si bien la OMS ha dado un paso al frente y ha asegurado que "cada vez hay más evidencia" de que la transmisión por el aire sea una posibilidad, todavía no ha dado por hecho que sea una vía de contagio. Lo que ha asegurado es que revisarán las investigaciones hechas hasta la fecha y actualizarán sus recomendaciones en los próximos días.

"Son campos de investigación que están creciendo y hay evidencia significativa que está emergiendo, pero no es definitiva", aseguraba la doctora Benedetta Allerganzi, que lidera el comité técnico de la OMS sobre la prevención y el control de la infección. No obstante, insistía en que el foco sigue estando en la transmisión en "espacios cerrados, con muchas personas y mal ventilados".

Las medidas de control podrían cambiar por completo

¿Qué implicaciones puede tener esto? Muy sencillo, que las medidas de protección impuestas hasta ahora pueden no ser suficientes. Si el virus puede transmitirse por aerosoles, las mascarillas no sólo serán necesarias cuando no se pueda respetar la distancia de seguridad, sino en todas partes, especialmente en espacios cerrados. Los profesionales sanitarios, que en nuestro país han sido algunos de los más afectados por el virus, tendrían que extremar la precaución y llevar mascarillas N95 en todo momento para poder filtrar hasta las partículas más pequeñas de este líquido respiratorio.

Por otro lado, la regla del metro y medio dejaría de servir y los sistemas de ventilación de todos los edificios, especialmente de escuelas y centros sociosanitarios, tendrían que reformarse y añadir filtros especiales. Por otro lado, habría que replantearse también las medidas en el transporte, como aviones o trenes.

En la carta, presentada por Lidia Morawska, profesora de ciencias atmosféricas e ingeniera ambiental en la Universidad Tecnológica de Queensland, los científicos insisten especialmente en que la OMS cambie el protocolo de prevención, instando a los países a que mejoren sus sistemas de ventilación y ante todo, que prohíban las aglomeraciones, especialmente en el transporte público.

"Estamos muy preocupados por la falta de reconocimiento del riesgo que supone la transmisión aérea de la covid-19 y la falta de recomendaciones claras de control frente al virus tendrá muchas consecuencias", apuntaban los científicos en la misiva. "La gente puede pensar que están totalmente protegidos respetando las medidas de control actuales cuando en la realidad no es así", apunta.

No obstante, no todo el mundo es tan crítico con la OMS y son algunos los científicos que aseguran que todavía no existe la suficiente evidencia para determinar que existe transmisión aérea, por lo que lo único que se puede hacer para aclarar la duda es seguir investigando.

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