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Una de la vacunas más usadas en la infancia podría servir para prevenir coronavirus

Antivirales y vacunas: la ayuda para frenar al coronavirus está en camino

Lograr desarrollar con éxito una vacuna contra la covid-19, la enfermedad que causa el nuevo coronavirus, es el principal foco de cientos de proyectos de investigación por todo el mundo. No obstante,dentro de la comunidad científica ha habido otra tendencia en los últimos meses, la de probar tratamientos y fármacos ya existentes diseñados originalmente para otras patologías e intentar determinar si son eficaces contra la covid-19.

Es el ejemplo del remdesivir, que fue diseñado para luchar contra el virus del ébola, o la dexametasona, que ha vuelto a aparecer en el foco mediático después de que un estudio británico vinculase su uso a una menor mortalidad entre los pacientes graves de covid-19. No obstante, hasta ahora apenas se había intentado utilizar una vacuna ya existente y diseñada contra otra enfermedad para tratar la enfermedad que causa el nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2.

La vacunas no son un fármaco al uso, ya que consisten de virus vivos atenuados que se inyectan en nuestro cuerpo para provocar una respuesta inmune y sin provocar una infección. Es por eso que se trata de un producto sanitario donde los ensayos clínicos son fundamentales, ya que tienen que poder demostrar que se trata de una vacuna que protege lo suficiente y que, además, es totalmente segura.

Lo curioso es que en los últimos años se han descubierto cada vez más indicios de que las vacunas vivas atenuadas -que son sólo uno de los múltiples tipos de vacunas que hay- pueden proteger contra virus para los que no están diseñadas gracias a esa respuesta inmune que provocan.

Es por eso que desde Estados Unidos, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Lousiana y de Nueva Orleans ha comenzado a estudiar si una de las vacunas más comunes, la conocida como triple vírica, podría servir para prevenir parte de los síntomas de la covid-19.

La triple vírica es la vacuna conjunta contra el sarampión, paperas y rubéola (conocida en Estados Unidos como MMR) que se le pone a los niños a los 12 meses y a los tres años. De acuerdo con un estudio publicado por estos científicos en el servidor médico mBio, de la Sociedad Americana de Microbiología, esta vacuna podría ayudar a prevenir la inflamación séptica que produce la covid-19 en los casos graves y que en muchos casos es la causa final de la muerte en los fallecidos durante la pandemia.

Los dos principales autores del estudio, Paul Fidel y Mairi Noverr creen que vacunar con la triple vírica a aquellas personas que estén especialmente expuestas al virus, como es el caso de los trabajadores sanitarios, puede servir como medida preventiva. De esta manera, lo que están estudiando es si esta vacuna puede mejorar la inmunidad de los pacientes de manera generalizada, de modo que estén más protegidos de cara al contagio, ya que la triple vírica está diseñada de por sí no sólo para inmunizar contra estos tres virus, sino contra muchos más.

Los científicos americanos creen que como la MMR es lo que se conoce como vacuna viva -es decir, que utiliza patógenos activos-la respuesta inmune que produce en nuestro cuerpo puede ir más allá del sarampión, la rubeola o las paperas. No obstante, todavía tienen que demostrarlo.

"Las vacunas vivas atenuadas tienen algunos beneficios inespecíficos. Un ensayo clínico con MMR en poblaciones de alto riesgo puede proporcionar una medida preventiva de bajo riesgo para salvar vidas durante la pandemia de covid-19", apunta Fidel en declaraciones con la cadena norteamericana CNN. En ese sentido, el científico cree que no hay riesgo alguno en intentarlo. "En el peor de los casos, si nos equivocamos, pues al menos los pacientes tendrán anticuerpos contra el sarampión, las paperas y la rubeola. No hay daño posible", añade.

De hecho, una de las teorías que circula entre la comunidad científica es que los niños tienen una menor tasa de contagios de covid-19 precisamente porque han recibido algunas de estas vacunas hace menos tiempo que los adultos. Australia y Países Bajos, por ejemplo, están estudiando la posible eficacia de la vacuna contra la tuberculosis contra el nuevo coronavirus.

No obstante, esta hipótesis por el momento es sólo eso, una hipótesis. Hay muchos estudios que vinculan la baja tasa de incidencia de la covid-19 entre los más pequeños al hecho de que tienen menos presencia de la proteína ACE2, la puerta de entrada de las células al virus.

¿Cómo funciona?

Como hemos apuntado antes, se sospecha que las vacunas con virus vivos pueden 'provocar la aparición' por así decirlo, de células inmunes innatas que no están dirigidas a proteger contra un virus específico, sino que ayudan al huésped -es decir, al paciente- a mejorar su respuesta inmune frente a las infecciones.De esta manera, según desarrollan en el estudio, las vacunas vivas sirven para 'entrenar' de algún modo a las células del sistema inmunitario para que actúen de manera más eficiente contra cualquier tipo de infección.

Lo que han descubierto a través de pruebas de laboratorio los investigadores de EEUU es que la vacuna de la triple vírica puede ser efectiva a la hora de prevenir la inflamación y la sepsis pulmonar que se asocia a la covid-19 y que es causa de una gran parte de los fallecimientos. Es por ello que han solicitado a las autoridades sanitarias poder poner en marcha un ensayo clínico para determinar su eficacia.

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