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Por qué la vacuna contra el coronavirus puede tardar más en llegar a España que a otros países

¿Cuándo llegará la vacuna?

Nunca antes tantísimas empresas y laboratorios habían dedicado este nivel de esfuerzo en busca de un mismo producto, ya que a día de hoy la vacuna contra el coronavirus es el bien más preciado a nivel internacional. La compañía farmacéutica que logre hacerse con ella marcará un antes un después en la industria y, como consecuencia, en su cuentas. 

La realidad es que lograr crear una vacuna con éxito sólo es el principio, ya que una vez alguna de las empresas que lideran la carrera por la vacuna logre desarrollar una con éxito, llega lo más difícil: fabricarla y distribuirla. Una vez salga al mercado, todos los gobiernos internacionales querrán hacerse con dosis La pregunta del millón es: ¿a quién se la venderán primero? 

El primer punto a tener en cuenta es la nacionalidad de la compañía en cuestión. Si la biotecnológica Moderna Therapeutics, la candidata norteamericana a ser la primera en desarrollar la vacuna, logra su objetivo parece obvio que el primer país en beneficiarse será Estados Unidos, ya que ha financiado prácticamente todos sus ensayos clínicos y ha llegado a un acuerdo con la pequeña biotech. 

Si, por el contrario, la primera es CanSino Biologics, la farmacéutica china que en las últimas semanas ha adelantado a Moderna y también ha logrado obtener resultados positivos en humanos -en un muestra mayor que la norteamericana-, es más que probable que el primer país en beneficiarse de la vacuna sea China, el epicentro de la epidemia. 

'Reserva' de dosis de los gobiernos

La gran cuestión, por tanto, es qué ocurre con los demás países. ¿Cuáles serán los que accedan primero a ella? De acuerdo con fuentes conocedoras del sector consultadas por Vozpópuli, lo que suelen hacer los gobiernos en estos casos es asegurarse las dosis de la vacuna haciendo una ‘reserva’ de las mismas mediante el pago de una importante cantidad, incluso aunque no esté desarrollada

Otra opción, es llegar a un acuerdo para financiar parte de sus ensayos clínicos, por ejemplo. El quid de la cuestión, como siempre suele ocurrir, es ofrecer recursos económicos incluso antes de tener el producto garantizado para poder asegurarse ser uno de los primeros en la cola. 

España “está trabajando” en ello 

Según han confirmado a este diario fuentes del Ministerio de Ciencia e Innovación, por el momento el Ejecutivo está en negociaciones con varias compañías farmacéuticas, incluida Moderna, aunque todavía esas conversaciones se encuentran en una fase inicial. En ese sentido, apuntan que son varias las compañías que han mostrado su interés en España, ya que al ser uno de los países con más casos, les interesa convertirlo en su campo de pruebas, de cara a posibles ensayos clínicos. 

No obstante, por el momento España está confiando en que la iniciativa para garantizar el acceso a una vacuna llegue por parte de la Unión Europea, al igual que el Gobierno italiano. Aunque la Unión Europea está trabajando en financiar múltiples proyectos de vacuna, todavía no ha establecido una estrategia común para definir qué hará una vez alguna de las 10 compañías que están llevando a cabo ya ensayos clínicos en humanos se haga con la vacuna. 

La UE lidera una iniciativa, en la que participan Canadá o Japón, para recaudar más de 8.000 millones de dólares para financiar proyectos relacionados con una vacuna 

En particular, hace unas semanas, la Unión Europea lideró una iniciativa para recaudar más de 8.000 millones de dólares para financiar proyectos relacionados con el desarrollo de una vacuna, en el que también han participado países como Canadá o Japón, pero no Estados Unidos. También está abogando en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en varias normativas que garanticen el acceso a este fármaco una vez creado, pero todavía se encuentran en un punto muy embrionario. 

EEUU lleva la delantera 

Mientras tanto, países como Estados Unidos o incluso Canadá están financiando a farmacéuticas para garantizar el acceso a esas dosis. Probablemente el caso más claro es el norteamericano, donde  el presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado lo que ha denominado como Operación WarpSpeed -algo así como Operación Potencia Máxima- un programa con el esperan poder garantizar más de 300 millones de dosis de una vacuna de cara a enero, según anunció el mandatario. 

La realidad es que todavía no se tiene demasiada información sobre en qué consiste exactamente esta operación o de cuánto presupuesto dispone, más allá de que su objetivo es poder asegurar que los americanos tienen acceso a la vacuna lo antes posible. La primera de sus operaciones en hacerse pública ha sido la de prometer más de 1.200 millones de dólares a la farmacéutica británica AstraZeneca, que colabora con la Universidad de Oxford en otro de los candidatos más prometedores de la vacuna. Tanto, que desde Oxford creen que pueden dosis listas de cara a septiembre de este mismo año. 

De hecho, hace varios meses, la estrategia norteamericana ocasionó una pequeña crisis diplomática, ya que intentó ofrecer más de 1.000 millones de dólares a los científicos del laboratorio alemán CureVac a cambio de los derechos exclusivos de la vacuna en la que están trabajando. La farmacéutica terminó negando aquella oferta y la canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que no iba permitirlo. 

Francia lucha por la vacuna de Sanofi

No ha sido el único conflicto que ha causado EEUU en este aspecto, ya que también ha pagado una importante cantidad de dinero a la compañía francesa Sanofi, una de los mayores fabricantes de vacunas a nivel internacional.  Hace unas semanas, el presidente del laboratorio, Paul Hudson, aseguró públicamente que una entrevista con Bloomberg que EEUU "tenía el derecho" a recibir el primer cargamento de la vacuna debido a que ha sido su gobierno el que más dinero ha invertido en su desarrollo. 

Canadá llegó a un acuerdo con la china CanSino Biologics, a la que también le ha financiado parte de sus estudios, para garantizar el acceso a su vacuna

Sus declaraciones sentaron muy mal en París. El propio presidente, Enmanuel Macron, criticó las declaraciones de Hudson, alegando que llevan años ofreciendo beneficios fiscales a la farmacéutica y que sería "inaceptable" que EEUU obtuviese antes que Francia la vacuna de Sanofi. "La vacuna debe ser un bien público, no estar sujeto a las leyes del mercado", alegó Macron, que llegó a convocar a los directivos del laboratorio, con los que se estima que ya ha llegado a un acuerdo, a los Campos Elíseos. 

Aunque Estados Unidos es el mítico ejemplo en este tipo de estrategias, no es el único. El Gobierno de Canadá, preocupado porque su vecino le deje sin posibilidad de obtener dosis de la vacuna a tiempo, hace apenas una semana llegó a un acuerdo con la china CanSino Biologics, a la que también le ha financiado parte de sus estudios para garantizarse su acceso.

¿Nos asegurará la UE la vacuna?

Pero entonces, no es sólo España la que puede quedarse sin vacuna, sino toda Unión Europea. No exactamente, ya que países como Francia o Alemania cuentan con una ventaja, que no les hace depender tanto de lo que haga la Unión Europea. Es decir, estas naciones tienen importantes compañías farmacéuticas con las que ya están colaborando y a las que están financiando sus proyectos de vacuna fuera del marco de la UE.  Como ya hemos señalado antes, se trata de CureVac y Sanofi, entre otras.

Reino Unido, aunque ya no forma parte de la UE, está apoyando no sólo a AstraZeneca, sino que también ha financiado un proyecto de vacuna de la mano de una de las farmacéuticas más importantes del mundo, la británica GlaxoSmithKline. 

La Unión Europea está trabajando en financiar múltiples proyectos , pero todavía no ha establecido una estrategia común para definir qué hará una vez alguna de las 10 compañías que están llevando a cabo ya ensayos clínicos en humanos se haga con la vacuna. Por otro lado, todas las iniciativas que ha propuesto junto a la OMS, se están encontrando con la oposición frontal no sólo de Estados Unidos, sino de la industria farmacéutica. 

EEUU se encuentra en plena batalla con la OMS, a la que no sólo mira la UE con esperanza; también los países africanos y latinoamericanos que esperan que se encargue de garantizar el acceso a la vacuna. 

De hecho, Washington se encuentra en plena batalla con la organización internacional, a la que no sólo mira la UE con esperanza, sino que son muchos los países africanos y latinoamericanos que esperan que se encargue de garantizar el acceso a la vacuna. 

La OMS ha tomado varias medidas, como la puesta en marcha de una resolución que permitirá a los países más desfavorecidos obviar la patente de la vacuna una vez llegue para poder producirla como genérico y distribuirla entre su población, todavía queda mucho trabajo por delante. 

Estados Unidos acusa a la OMS de no ser independiente

La medida cuenta con la rotunda oposición de Estados Unidos, que votó en contra de la resolución, después de haber amenazado con retirar su financiación de la OMS a menos que demuestre "ser independiente" de China, ya que acusa a la organización internacional de encubrir al Gobierno chino y no presionar al país lo suficiente sobre el origen real del virus. 

Por otro lado, según estableció el Gobierno norteamericano en un comunicado oficial, donde expresó su rechazo a la resolución, este tipo de medidas "enviará el mensaje equivocado a las compañías innovadoras", alegando que las farmacéuticas que investigan la vacuna no tendrán ningún incentivo para hacerlo si no se respeta la patente, lo que garantizar la exclusividad de la vacuna y, por tanto, los ingresos que se derivarán de su distribución.

Y es que aquí radica el eterno debate, ya que las compañías farmacéuticas no están dispuestas a ceder su propiedad intelectual, ni siquiera en caso de pandemia. Aunque están dedicando muchísimos recursos económicos a intentar lograr desarrollar tratamientos efectivos contra la enfermedad y vacunas que logren inmunizar a la población con todo el riesgo que eso conlleva -ya que la inmensa mayoría de ellas fracasarán- también exigen a cambio poder lucrarse con el producto.

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