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El Supremo da la razón a las víctimas de las prótesis de cadera defectuosas de Johnson & Johnson

Edificio de la empresa de productos farmacéuticos y de higiene personal Johnson & Johnson

El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena contra la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson interpuesta por un tribunal de Marbella, que obliga a la multinacional a pagar más de medio millón de euros a una mujer que sufrió una amputación a raíz de implantarse una prótesis de cadera defectuosa fabricada por la compañía norteamericana.

Según explican a Vozpópuli fuentes de la defensa, la sentencia es un hito a nivel jurídico, no sólo porque reconoce que en efecto las prótesis eran defectuosas y que la compañía lo sabía, sino porque sienta unas bases completamente nuevas sobre el protocolo a seguir cuando un producto es defectuoso y hay que reclamar al fabricante.

La demandante, una enfermera inglesa residente en la Costa del Sol, se implantó la prótesis de cadera -fabricada por DePuy, una filial de J&J- en 2009. Dos años más tarde, tuvo que retirarséla por la cantidad de molestias que sufría. A día de hoy tiene que andar en silla de ruedas.

El caso de Margaret abrió la vida judicial para el resto de afectados en España por la comercialización de estas prótesis. La enfermera, que sufrió una amputación funcional por culpa de estos dispositivos, logró que un juzgado de Marbella le diera la razón en 2013, logrando así la primera sentencia condenatoria en Europa contra Johnson & Johnson por este caso en todo el continente europeo. Ahora, casi siete años más tarde, el Supremo ha puesto punto y final a su batalla judicial.

Más de 1.400 casos en España 

De acuerdo con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que ordenó la retirada de estos implantes en 2010, el problema con este tipo de prótesis es que con el paso del tiempo puede comenzar a aflojarse. Esto provoca fricción ente sus partes, lo que a su vez causa que pasen a la sangre restos de la aleación de cromo-cobalto y la contaminen. Al contaminarse, los pacientes sufren terribles inflamaciones y hasta necrosis en la parte afectada.

El producto en nuestro país se retiró un año después de que la Administracón de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) incluyese esas prótesis en su 'lista negra' por no considerarlos lo suficientemente seguros. Esto implicaba que no contaban con su autorización para ser comercializadas en Estados Unidos.

No obstante, esto no supuso un impedimento para la compañía farmacéutica, que a través de su filial DePuy vendió más de 93.000 unidades por todo el mundo, incluida España. En particular, estas prótesis, conocidas como ASR, se llegaron a distribuir en hasta 70 hospitales por todo el territorio. En total, de acuerdo con la AEMPS, se estima que en nuestro país hay 1.417 afectados, aunque se implantaron en más de 3.000 pacientes hasta 2010.

(Habrá ampliación)

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