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La publicidad infantil sí genera obesidad: "Quieren vender, no que el niño esté sano"

El Ministerio de Consumo trata de reducir la obesidad infantil mediante una prohibición de la publicidad de dulces o bebidas calóricas. ¿Es una buena medida?

El Ministerio de Consumo, con Alberto Garzón a la cabeza, prohibirá la publicidad de dulces y bebidas energéticas dirigida a menores de 16 años. Mediante un Real Decreto, se aplicará el veto en prácticamente todos los emplazamientos publicitarios posibles: desde la televisión y la radio hasta las webs, apps o redes sociales.

El objetivo es reducir el impacto de estos alimentos calóricos en las mentes de los menores, más vulnerables a la publicidad. Hay varios baremos objetivos para determinar cuál es el público objetivo de estos anuncios. La Organización Mundial de la Salud, en 2004, ya lanzó las preguntas clave que todo analista debe hacerse a la hora de observar el público objetivo al que va dirigido un anuncio: ¿Es exclusivo para niños? ¿Usa colores, voces o imágenes que les cautiven? ¿Se presentan actividades más propias de niños como dibujar? ¿Se encuentra la publicidad en un sitio frecuentado por ellos?

El 40,6% de los niños españoles entre 6 y 9 años sufren sobrepeso u obesidad. Esto hace que España esté situada en el cuarto lugar de la Unión Europea en cuanto a obesidad infantil

La nueva medida de Garzón sustituirá al Código PAOS de 2005, que desde el Ministerio de Consumo consideran que es "ineficiente" y por tanto, será el propio organismo público quien tome las riendas para decidir qué se publicita y qué no. Se aplicará en los horarios de protección reforzada, que si no cambia, estos son de lunes a viernes entre las 08.00 y las 09.00 y de 17.00 a 20.00, además de los fines de semana entre 09.00 y 12.00. Además, en ciertos festivos se aplicará el protocolo de fin de semana. Estos son el 1 y 6 de enero, el viernes santo, el 1 de mayo, el 12 de octubre, el 1 de noviembre y el 6, 8 y 25 de diciembre.

La ineficiencia, según Consumo, se debe a que el 40,6% de los niños españoles entre 6 y 9 años sufren sobrepeso u obesidad. Esto hace que España esté situada en el cuarto lugar de la Unión Europea en cuanto a obesidad infantil, algo que afecta, según el ministerio liderado por Garzón, especialmente a familias con pocos recursos.

"Todo lo que sea proteger a los niños frente a este tipo de publicidad me parece positivo". Así de categórica se muestra Itziar Digón, psicóloga nutricionista. Esto se debe a que los pequeños, a partir de los 5-6 años, "dejan de estar en contacto con sus necesidades energéticas, que por instinto es comer comida real y miran hacia la sociedad. Ahí es donde la industria ha hecho negocio de productos alimentarios", nos cuenta.

¿Cómo afecta la publicidad a la obesidad infantil?

Hay diversos estudios que han demostrado de forma empírica que los niños son mucho más vulnerables a la publicidad que los adultos. Según un estudio de Walt Disney Company, esta genera emociones positivas en casi 7 de cada 10 niños y se fijan más en aquellos anuncios con poca información para que les resulte fácil de memorizar.

Según nos cuenta Itziar Digón, estos productos tienen relación con "mensajes de gran influencia" para los niños. "Son muy tentadores para ellos, ya que son productos con envoltorios llamativos con inputs que les llama la atención". Cuando comienzan a probar estos productos alimentarios, "la boca empieza a sesgarse, porque son productos muy 'palatables' y contrastan con el sabor plano de la comida real". De ahí que en algunos casos se abuse de estos productos, que son negativos para su salud. Al fin y al cabo, como señala esta experta, "la industria alimentaria no quiere que el niño esté sano, quiere vender".

Hay otros estudios académicos que reflejan que los niños tienen fijación por la publicidad. Uno, publicado en Oxford Academic, observa como el sometimiento a la publicidad durante 4-6 días tiene efectos directos sobre la conducta de los niños. Dividieron a niños entre 7 y 12 años en dos grupos, a los que se les sometió a diferentes ensayos: a los primeros se les mostró anuncios de comida y a los otros, se les hizo ver publicidad, pero también jugar a videojuegos publicitarios. El primer grupo ingestó de media 46,3 caloría extra al día, mientras que el efecto sobre los segundos fue todavía peor: 89,8 calorías adicionales.

El 66% de la publicidad en los canales analizados no podría anunciarse según criterios de la OMS

Además, el bombardeo es constante. Según un estudio realizado por la OCU junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2017, el 77% de la publicidad vista en diversos canales generalistas o especializados en infancia (Antena 3, Telecinco, Boing, Disney Channel y Neox) no estaría permitida bajo criterios la OMS. Dentro de estos, el 46% pertenecían a grupos de alimentos que no se deberían publicitar según su criterio, mientras que el 31% no se permitirían por sus elevadas cantidades de grasa, azúcar o sal.

Este estudio se ha vuelto a hacer en 2021 y los resultados han mejorado, aunque están lejos de los criterios que la Organización Mundial de la Salud pretende. Del 77% de anuncios que no estarían permitidos por la OMS, se ha pasado a un 66%: el 41% no se podría anunciar y el 25% tampoco por su mal perfil nutricional.

Pese a la reducción, nuestra psicóloga nutricionista consultada cree que sigue siendo excesivo: "Estamos viendo que los niños de ahora no tienen capacidad de espera y es por el bombardeo constante de publicidad por toda clase de canales: redes sociales, apps, televisión,... ahora el deseo por tener el producto es mayor y aumenta la impaciencia".

Educar la boca, clave para no abusar de estos productos

Caer en la publicidad y comer productos alimentarios "genera bocas caprichosas y maleducadas", según Itziar Digón. Esto puede derivar en un problema: "Cuando vuelven a la alimentación natural por alguna clase de dieta, pierden ese placer alimentario porque buscan el subidón en la boca".

Digón cree que la publicidad no solo afecta a los niños, sino también a los padres y por eso cree que es necesario hacer educación alimentaria: "En muchas ocasiones, estos son engañados con eslogans como 'vitaminas añadidas' o 'la merienda ideal' cuando estos son productos artificiales". Esta experta también señala que el problema es la vida frenética actual, en la que "se quita valor de preparar un bocadillo porque la comida se ha convertido en un trámite para seguir haceindo cosas".

La industria, escandalizada con Consumo

Representantes del Ministerio de Consumo se reunieron con el sector del dulce 24 horas antes de que Alberto Garzón anunciase que prohibirá su publicidad enfocada a menores de 16 años, pero no le contó su decisión. Así lo han comunicado Asociación Española del Dulce (ProDulce) y la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FAIB). La sorpresa llega porque el sector llevaba meses negociando con el Ministerio de Consumo una actualización del protocolo actual, el Código PAOS, que desde 2005 regula qué publicidad se puede emitir en horario infantil.

En dicha reunión, el equipo al que Garzón representa mintió al sector, según cuenta la propia FAIB: "El representante del Ministerio aseguró que no había ninguna decisión tomada en relación con el perfil nutricional sobre el que se basarán las limitaciones publicitarias anunciadas hoy y que la decisión final sería fruto de un debate en el que se buscaría el consenso entre todas las partes implicadas".

En palabras del director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, "tanto en el contenido de la propuesta del Ministerio de Consumo, como en la forma y el lenguaje utilizados" considera que "se ataca de manera gratuita e injustificada a los elaboradores de alimentos y bebidas". Debido a esto, esta federación ha emitido una queja al organismo liderado por Alberto Garzón.

Desde ProDulce señalan que no entienden la decisión unilateral del Ministerio de Consumo, dado que ya había una propuesta sobre la mesa de reducir de manera voluntaria un 75% la publicidad dirigida al público infantil. Apuestan por llevar a cabo una colaboración público-privada.

Por su parte, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas ha elevado una queja al ministerio dirigido por Garzón, mientras que ProDulce asegura que no quieren "enfrentamientos, sino diálogo y colaboración con las instituciones". Es "la única vía" para mejorar los hábitos de los españoles.

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