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Por qué se puede estar protegido ante la covid-19 sin tener anticuerpos

Microfotografía electrónica de barrido a color de una célula apoptótica muy infectada con partículas del virus del SARS-COV-2

El anuncio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de crear una 'Cartilla covid-19' con la que diferenciar a aquellas personas que han superado la enfermedad frente a las que no en base a la presencia de anticuerpos, ha generado muchísimas críticas y polémicas, ya que se trata de una estrategia que no sólo han rechazado cientos de expertos a nivel internacional, sino decenas de gobiernos, como el de Alemania, que también se plantearon su puesta en marcha. 

Los problemas que implica son muchos y no sólo sanitarios, sino también legales y sociales. No obstante, además de generar polémica, lo que ha hecho el anuncio de la presidenta madrileña -involuntariamente- es volver a poner el foco en lo poco qué sabemos sobre cómo funciona la inmunidad frente a la covid-19A medida que iba avanzando la pandemia, se ha dado por hecho que la presencia de anticuerpos es sinónimo de haber superado la enfermedad y por tanto, la única manera de saber si alguien cuenta con inmunidad natural ante el virus, a la espera de la llegada de la vacuna.

No obstante, como viene siendo habitual con esta enfermedad, nada es tan sencillo. La hipótesis anterior dejaba muchas preguntas sin respuesta: ¿Por qué a algunas personas les afecta menos? ¿Cómo es posible que haya superado la enfermedad y no tenga anticuerpos? ¿Por qué en algunos casos estos anticuerpos desaparecen a los pocos meses? ¿Quiere esto decir que me puedo volver a contagiar?

En las últimas semanas han salido a la luz varios estudios que ahondan en ese tema por varios grupos de científicos internacionales, en los que la principal conclusión era siempre muy similar: los anticuerpos desaparecen a los pocos meses después de pasar la infección, sobre todo en los casos más leves. ¿Qué significa eso?

Por lo general, a mayor carga viral, mayor carga de anticuerpos. Si tenemos mucha presencia de SARS-CoV-2 en nuestro organismo -y como consecuencia, desarrollamos un cuadro grave de covid-19- nuestro cuerpo responde con más fuerza ante la infección, generando más anticuerpos. En el caso de los pacientes leves, esta respuesta inmune es menor y según establecen los últimos estudios, sus anticuerpos tienden a desaparecer.

No obstante, el quid de la cuestión es que aunque desaparezcan, no quiere decir que esas personas ya no estén protegidas ante el virus y puedan reinfectarse. ¿Por qué? Porque la respuesta inmune ante este virus es mucho más compleja de lo que pensábamos al principio y va mucho más allá de los anticuerpos.

Los desconocidos linfocitos T 

La clave está en las conocidas como células T, que forman parte de la respuesta inmunitaria natural de nuestro organismo junto a los anticuerpos. Son una especie de células inmunes cuyo objetivo es identificar y matar a patógenos invasores. No obstante, puede que su rol más notorio sea la de generar "memoria" a largo plazo en nuestro organismo, ya que pueden aguantar en nuestra sangre muchísimo tiempo, por lo sirven para que nuestro cuerpo reconozca virus y los ataque incluso años después de haber estado en contacto con él por primera vez.

Un estudio publicado en Nature liderado por uno de los inmunólogos más reconocidos, el italiano Antonio Bertoletti, ha determinado que por ejemplo, algunos de los pacientes expuestos al primer SARS, la epidemia de 2003, aún mantienen estas células incluso 17 años después.

"Los inmunólogos sabemos desde hace años que la inmunidad no se puede medir sólo por anticuerpos", explica en una conversación con Vozpópuli el doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). "Para determinar si alguien está protegido contra el virus es fundamental la memoria inmunológica, que está formada por los linfocitos T y B. Los linfocitos T, a su vez, están formadas por las células CD8 y CD4, que son fundamentales para acabar con los agentes dañinos", explica este inmunólogo.

Según cuenta, cada vez hay más estudios que establecen que la respuesta de estas células podría ser incluso más importante que los propios anticuerpos a la hora de producir inmunidad contra el SARS-CoV-2. "Lo que estamos viendo con este virus es que la respuesta inmunitaria es muy compleja y muy difícil de explicar. Los anticuerpos son sólo una parte de ella, y probablemente no sean la más importante", asegura.

Es por ello que desde la SEI han emitido varios escritos en los que demandan que se estudien también estos linfocitos para determinar el grado de protección de una persona, ya que los anticuerpos sólo son la punta del iceberg, y en los casos más leves, suelen desaparecer a los tres meses.

¿Personas protegidas ante el virus sin pasarlo? 

De confirmarse el rol de las células T, implicaría que no sólo las personas que han superado la enfermedad pueden estar más protegidas de lo que pensamos, sino que incluso aquellas personas que nunca han sufrido la enfermedad también podrían estar protegidos de antemano frente a la covid-19.

Otro estudio recién publicado en Nature, de hecho, ha establecido que hasta un 35% de las personas sanas que participaron en el trabajo contaban con linfocitos T frente al virus. ¿Cómo se explica esto? "Porque existía una reacción cruzada con los linfocitos de otras infecciones, como la de los resfriados comunes, que también son coronavirus pero menos peligrosos", apunta.

"No obstante, son lo suficientemente potentes como inducir esta memoria inmunológica que reacciona con el covid-19", añade López Hoyos. De esta manera, incluso un tercio de la población podría estar 'entrenada', por así decirlo, para hacer frente a la covid-19 gracias a los coronavirus de los resfriados comunes.

"Al haber ese tipo de memoria inmunológica y hay gente que está protegida sin haber pasado siquiera la infección", añade. Según argumenta, podría ser uno de los motivos por los que los niños apenas sufren al covid-19. "Los más pequeños tienen muchos resfriados comunes, por lo que es posible que tengan inmunidad protectora de base gracias a ellos y sus células T se hayan inducido contra el SARS-CoV-2 sin haberse tenido que infectar", cuenta.

En el caso de las personas que sí pasan la infección, los científicos han llegado a encontrar hasta tres tipos de respuesta inmune diferentes, de acuerdo con reciente estudio publicado en la revista Science elaborado por investigadores del Instituto Penn de Inmunología, en Estados Unidos. Los pacientes más graves suelen desarrollar respuesta con anticuerpos e inmunidad celular; otros pacientes que sólo tienen respuesta celular sin anticuerpos y un último grupo que no tienen cambios en sus células inmunológicas a pesar de haber pasado la infección.

La realidad es que todavía queda mucho camino por delante y "aún queda mucho por estudiar", tal y como señala López Hoyos a este diario. Poco a poco se van desvelando algunas incógnitas sobre cómo funciona la inmunidad frente a la covid-19, pero todavía siguen siendo más las preguntas que las respuestas.

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