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Los médicos autónomos, contra las aseguradoras: siguen cobrando a sus pacientes y ellos van a la ruina

Fachada del hospital HM Sanchinarro

Cerca de 40.000 médicos ejercen en la sanidad privada como autónomos o pequeños empresarios. En clínicas o consultas propias o prestando servicios para hospitales y centros sanitarios. Suponen un 95% de los profesionales que trabajan para la sanidad privada. La crisis del coronavirus, denuncian, les está azotando con especial crudeza. La mayor parte de sus ingresos provienen de las aseguradoras y, con muchas consultas cerradas, su actividad ha caído en picado. El panorama que auguran es desolador: la pandemia acabará con un buen número de pequeñas clínicas privadas. Además, cargan contra las aseguradoras a quienes acusan de no pagarles mientras siguen cobrando las pólizas a sus clientes. 

A finales de marzo, la Unión Médica Profesional (Unipromel), una recién creada entidad de ámbito nacional que agrupa a los médicos de ejercicio libre, pedía a los presidentes de las patronales del sector asegurador, UNESPA y de la sanidad privada, ASPE,  hablar con los principales grupos de aseguradoras y hospitalarios para abordar juntos "medidas de choque para afrontar las consecuencias de esta terrible pandemia".

Sin recursos y sin medios de protección

Desde la asociación, que preside el doctor Juan Ignacio Guerrero Ramírez, también presidente de la Asociación Profesional de Oftalmólogos, se apunta a los médicos autónomos como "los grandes damnificados al enfrentarse sin recursos económicos, ni medios de protección a la situación caótica que vive toda la sociedad en general y el sector sanitario en particular".

"Hay un 5% de médicos en la sanidad privada con contrato, el 95% restante son autónomos", afirma el doctor Guerrero

La entidad señala que los profesionales que ejercen su actividad 100% en la sanidad concertada o privada "están sufriendo graves consecuencias económicas y se están viendo obligados a solicitar la prestación por cese de actividad por no poder acogerse a Real Decreto de medidas del estado de alerta y haber entregado todo su material a la autoridad sanitaria".

"Todos los médicos jóvenes, la mayoría falsos autónomos, que trabajan para los grupos hospitalarios privados van a volver a la sanidad pública porque se han dado cuenta de que trabajar en la privada es un engaño. Al final la estructura de la sanidad privada no está hecha para tener unos gastos fijos. Hay un 5% de médicos en la sanidad privada con contrato, el 95% restante son autónomos", afirma el doctor Guerrero en conversación con Vozpópuli.

9.000 médicos de ejercicio libre en Madrid

Guerrero es el impulsor de Unipromel. "Nada va a ser igual después de esto. Los médicos ya nos hemos agrupado en una gran plataforma para cambiar el modelo, la forma y, sobre todo, en interés de los pacientes, eliminar a los intermediarios", señala el oftalmólogo.

El presidente de Unipromel explica que su organización nace con vocación nacional y europea. Así, explica el abogado Juan Ignacio Navas ha aceptado la representación de los médicos españoles en las instancias comunitarias y que "va a iniciar los procedimientos pertinentes encaminados a recuperar para la profesión medica su autoridad y el control sobre el mercado de la prestación sanitaria privada"

Mejorar la situación de los autónomos

A los colegios de médicos también les preocupa la situación que atraviesa el colectivo que del que forman parte más de 9.000 profesionales solo en la Comunidad de Madrid. A iniciativa de la vocalía nacional de Medicina Privada, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), se ha dirigido a las principales aseguradoras (Sanitas, Asisa, Adeslas, DKV...) con una serie de propuestas y la solicitud de medidas para mejorar la situación que atraviesan los médicos autónomos.

Los médicos autónomos están combatiendo la Covid-19 "sin ningún tipo de contrato que garantice una retribución por el trabajo desempeñado y unas garantías de protección laboral y profesional en caso de infección"

Una inquietud que también trasladan desde el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM). En muchos casos, advierten, estos profesionales están desempeñando labores asistenciales en pacientes de coronavirus, sin que exista "ningún tipo de contrato que garantice una retribución por el trabajo desempeñado y unas garantías de protección laboral y profesional en caso de infección".

En cambio, sí deben cumplir sus gastos: el pago de alquileres, sueldos de personal a cargo o pagos de cuotas de autónomos. Su fuente principal de ingresos procede de las aseguradoras, añaden desde el colegio profesional, y éstas "continúan percibiendo el cobro de las primas de los pacientes, pero no abonan actualmente ningún tipo de pago a los profesionales de sus cuadros médicos". 

Las modalidades de trabajo

Borja Castejón, cirujano vascular y vocal del ICOMEM, desgrana a Vozpópuli las diferentes maneras de prestar servicio que tienen los médicos de ejercicio libre en la sanidad privada. O bien en clínicas o consultas propias o prestando servicios para hospitales y centros sanitarios. La mayor parte de los ingresos que perciben les llegan desde las aseguradoras de salud.

"No es tan frecuente encontrar a un paciente 'privado puro', la mayoría tienen contratadas pólizas. Eso quiere decir que tú recibes un dinero por acto médico, por el dinero que te paga la aseguradora. Puede ser con tu consulta privada, directamente con la aseguradora, o en un hospital privado con las condiciones que existan", especifica el médico.

La situación generada con la entrada del estado de alarma, añade, ha puesto contra las cuerdas al colectivo. "Por el funcionamiento de los hospitales y como los pacientes no salen de casa si no es para ser atendidos por coronavirus, se han cerrado muchas consultas y se han suspendido muchas cirugías. La mayoría de los médicos de ejercicio libre no están trabajando como lo harían normalmente", explica. 

Las videoconsultas no les ayudan

El sistema de consulta a distancia mediante videoconferencia o llamada telefónica impulsado desde muchas aseguradoras con motivo de la pandemia y con el fin de evitar que los pacientes se expongan a acudir a un centro sanitario, tampoco le ha resuelto a la vida a este colectivo. 

Además, precisan, aunque la mayoría de las compañías (no todas) contemplan las videoconsultas como actos facturables (implica tiempo de consulta y responsabilidad en el control de los pacientes), no es una modalidad a la que puedan adaptarse la mayoría de las especialidades médicas, por lo que su reconocimiento no repercute significativamente en el problema de la disminución de ingresos.

La atención a distancia se dispara

Aseguradoras como Sanitas agregan que están dando servicio tanto a través de sus propios médicos (es decir, con contrato) como de los cuadros de médicos (a los que contratan como autónomos) que, explican, también tienen opción de videoconsulta, un sistema que han instaurado con motivo de la pandemia y que se ha disparado.

"Estamos siendo flexibles con la situación de los clientes y también con los proveedores hasta que todo esto se pare. Lamentamos muchísimo la situación económica que se desprende de esto, a nosotros también nos afecta", señalan a Vozpópuli desde la compañía.

"Si antes hacíamos una media diaria de 300 videoconsultas, ahora estamos en una media diaria de 4.000/5.000. Y también muchos médicos se han sumado para seguir dando consulta a través de este sistema: ahora tenemos 2.500. Se ha roto una barrera de reticencia que tenían muchos profesionales antes. Se ve como el único canal para poder mantener esa actividad", indican desde la compañía que, además, asegura que, lejos de prescindir de sanitarios, ha aumentado sus plantillas, tanto en centros sanitarios como en residencias.

La demanda de asistencia ha bajado, dice Asisa

Desde Asisa, por su parte, indican que "los pagos a los profesionales del cuadro médico se realizan en función de la actividad asistencial que desarrollan. Evidentemente durante el periodo de confinamiento, la demanda de actividad asistencial presencial se ha reducido como consecuencia de dos factores: la reprogramación de la actividad no esencial  y las medidas de restricción de la movilidad. Pero no ha desaparecido". Han potenciado, remarcan, sus servicios de telemedicina.

La aseguradora agrega que, el hecho de que durante el periodo de confinamiento se haya reducido la demanda, "no quiere decir que en el resto del año no se pueda producir un incremento de actividad superior al del ejercicio anterior, por la acumulación de la actividad retenida".

Sin saber si les van a pagar

El refuerzo de médicos en los centros sanitarios privados, explica Borja Castejón, se ha puesto de acuerdo con las direcciones de los hospitales donde trabajan para cobrar por acto médico realizado. Sin embargo, indica, hay compañeros que se están quejando porque no saben si les van a pagar. "Parece como si se tratara de un voluntariado. Además, no saben si tienen un seguro de responsabilidad civil  o qué va a suceder si se infectan y tienen que estar de baja", se queja. Por cierto, no tienen datos sobre cuántos médicos privados se han infectado. 

El importe que pagan a los autónomos por consulta médica va desde los 15 a 25 euros de una primera consulta hasta los diez de la segunda

¿Cuánto cobran de la aseguradora por cada servicio médico?. "Es muy variable; está en función de la especialidad y lo que hagas. No es lo mismo lo que se pide por una cirugía -puede ir desde los 40 euros por una intervención sencilla a los mil de una más compleja. Si hablamos de una consulta médica, depende de cada aseguradora. La primera puede ser entre 15 y 25 euros; la segunda a diez euros (a ocho según el doctor Ignacio Guerrero) y hay terceras consultas que puede que ni tan siquiera te las paguen", indica Castejón. 

Arrimar el hombro entre todos

Entre las medidas que propone el colectivo, explica el doctor Castejón, figura, fundamentalmente, pedir a las aseguradoras "que arrimen el hombro. Los médicos privados somos quienes estamos atendiendo a sus pacientes y les están cobrando unas primas por ello; así que les pedimos que nos ayuden un poco para que no vayamos a la ruina".

Desde otra aseguradora de salud, como DKV,  dicen que comparten "la preocupación y estamos comprometidos con la sostenibilidad de la sanidad privada. Desde el primer momento, hemos estado en contacto con nuestros centros". Pero, matizan, no se pueden establecer medidas iguales para todos porque cada centro tiene su contrato y sus baremos. "No es lo mismo un centro que usan preferentemente nuestros clientes que otro que usan poco. Hemos adelantado pagos y estamos haciendo anticipos en casos particulares justificados", señalan.

DKV asegura que "está teniendo una pérdida de ingresos muy importante porque llevamos un mes sin vender, a lo que se suma que muchos clientes nos dicen que no pueden pagar"

La compañía prosigue que "está teniendo una pérdida de ingresos muy importante porque llevamos un mes sin vender, a lo que se suma que muchos clientes nos dicen que no pueden pagar, que se quieren dar de baja o que piden descuentos".  

Vozpópuli ha intentado recabar también lo que tanto UNESPA como ASPE, dos de las patronales a las que citan los médicos autónomos, opinan sobre las reclamaciones de las aseguradoras. UNESPA  indica que son las aseguradoras las que gestionan la relación con su cuadro médico. "Al igual que con cualquier otro tipo de proveedor, se trata de una relación bilateral en la que UNESPA no participa", indica.

ASPE, a su vez, se remite, al cuestionarle sobre la situación del colectivo en Madrid, indica que quien debe hablar es la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid, que no ha respondido a este digital. 

Una mesa de negociación

En Madrid, el ICOMEM han pedido al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), como responsable único de la sanidad en toda la región, una relación de las clínicas en la que puedan estar prestando sus servicios actualmente médicos de pacientes de coronavirus sin tener un contrato laboral directo con el propio centro.

El colegio madrileño también ha solicitado a las clínicas privadas que, durante la crisis sanitaria, realicen contratos que garanticen, por un lado, la cobertura de los riesgos laborales y la posible baja de los profesionales médicos en caso de contraer la enfermedad. Piensan, además, que  tienen la obligación de incluir pólizas de responsabilidad civil profesional.

Por último, el organismo pide una mesa de negociación en la que estén presentes las patronales de las compañías aseguradoras, grupos hospitalarios y clínicas privadas y Unipromel por parte de los médicos autónomos. El objetivo: un acuerdo de "reparto equitativo de los costes derivados de esta crisis sanitaria".

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