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¿Tendrá que pagar España 2.000 euros por paciente por el Remdesivir?

La farmacéutica Gilead se pone al frente de la carrera por la vacuna del coronavirus

Es uno de los medicamentos más demandados a nivel mundial. Remdesivir, el antiviral de la farmacéutica Gilead para el tratamiento del coronavirus en pacientes graves, sigue dando que hablar. Tras lograr luz verde por parte de la Unión Europea como primer tratamiento oficial contra la enfermedad, en España, una campaña pide al Ministerio de Sanidad que aplique la licencia obligatoria al fármaco, lo que en la práctica supone suspender temporalmente la exclusividad del titular de la patente, es decir, a Gilead, para que el fármaco se produzca como genérico y así se asegure su suministro. La campaña denuncia el "abusivo" precio de un antiviral que superará los 2.000 euros por paciente cuando su coste de producción apenas llega a los seis euros.

"Lo que nos preocupa en general es el tema de los medicamentos y las vacunas para la covid-19. No solo el Remdesivir. Este medicamento es una muestra de lo que ocurre. Su eficacia con respecto a la enfermedad es relativa, porque los estudios que se han hecho son controvertidos y lo único que parece es que acorta el tiempo de estancia hospitalaria, entre dos y cuatro días, en pacientes graves. Es lo que sabemos a día de hoy; no nos encontramos con un medicamento de los que curan o tienen una eficacia en términos de mortalidad", explica a Vozpópuli el neurólogo Ramón Gálvez, portavoz de No es Sano, una campaña coral de organizaciones que luchan para defender y promover el acceso universal a los medicamentos.

No es Sano agrupa a organizaciones como la Asociación Acceso Justo al Medicamento  (AAJM) -a la que pertenece Gálvez-, Médicos del Mundo, la Organización Médica Colegial de España, la plataforma 'No Gracias' o la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).

Exclusividad comercial de los medicamentos

Ante la posibilidad de una segunda oleada de la pandemia, la campaña No es Sano ha pedido al Ministerio de Sanidad que, en caso de que se demuestre que, en términos clínicos, el Remdesivir pueda ser una alternativa útil para algunos pacientes y ante lo excesivo de su precio (los 2.000 euros por paciente) se aplique una licencia obligatoria. Ramón Gálvez explica a Vozpópuli que se trata de un mecanismo por el que podría suspenderse temporalmente la exclusividad de la patente -en manos de Gilead- para que el medicamento se produzca, o se importe, como genérico.

La medida, detalla, está recogida en los acuerdos ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) y puede aplicarse en casos de emergencia nacional u otras circunstancias de extrema urgencia. Sería el caso de la covid-19, aclara. La Ley Española de Patentes de 2015 también contempla esta opción, abunda, aunque hasta ahora el Gobierno español "no ha dado muestras de querer aplicarla".

Haciendo un poco de historia, Gálvez recuerda que, hasta 1995, los medicamentos no estaban sometidos a patentes. Ese año, la Organización Mundial del Comercio, en los mencionados acuerdos ADPIC, incluye por vez primera a los fármacos. La licencia obligatoria, indica el experto, consiste "en que un Estado le dice a la empresa farmaceútica que el precio de un producto es inaceptable para los ciudadanos y puede adjudicar la patente a otras empresas de genéricos que puedan fabricarlo a un precio razonable".

Un mecanismo legal ya contemplado en Francia

Es un mecanismo legal, añade, "por el cual los estados vienen a decir a las farmacéuticas que no pueden fabricar el medicamento en exclusiva; lo puede producir quien quiera para que se realice una bajada de su precio". En la actual situación, con la emergencia mundial por el coronavirus y Estados Unidos aprovisionándose de todo el stock disponible del fármaco, algunos países, como Francia, ya han "afinado sus legislaciones para poder poner una licencia obligatoria para este medicamento y para otros como las vacunas que puedan tener un precio inaccesible para los ciudadanos", señala el experto.

El Remdesivir es un medicamento que "ya estaba en los anaqueles" de la farmacéutica Gilead Sciences para el virus del ébola y sus resultados "fueron mediocres"

"Imagínese que se descubre una vacuna muy efectiva y el precio que se pone es demoledor. ¿Qué ocurre?. Que los sistemas públicos no podrían soportar esa presión", sentencia el portavoz de No es Sano. 

El Remdesivir, recuerda Gálvez, es un medicamento que "ya estaba en los anaqueles" de la farmacéutica norteamericana Gilead Sciences "porque en la epidemia del virus del ébola fue uno de los que se desarrollaron para su tratamiento. No consiguió una eficacia grande y fue sustituido por sus resultados mediocres por otros medicamentos más eficaces", añade.

Un precio "abusivo"

Ahora, la Comisión Europea ha aprobado su comercialización  después de que la Agencia Europea del Medicamento diera luz verde. La compañía ha anunciado su intención de salir al mercado a un precio superior a los 2.000 euros por terapia. "Abusivo" según la campaña No es Sano, si se tiene en cuenta que el coste de producción del tratamiento es de poco más de cinco euros, según un estudio independiente de la Universidad de Liverpool.

Estados Unidos se ha hecho con todo el stock para los próximos tres meses del medicamento fabricado por Gilead Sciences a pesar de que, subraya el portavoz de No es Sano, su eficacia frente a la covid-19 no está todavía clara. Tras los "mediocres" resultados del medicamento durante la epidemia del ébola, insiste, el fármaco "se abandonó y estaba en las estanterías de la empresa Gilead". Cuando aparece la epidemia de la covid, agrega, es cuando "se empiezan nuevamente a probar medicamentos que estaban ahí para ver si resultaban eficaces".

Y cuando Gilead salta nuevamente a la palestra. "Es un medicamento que ya estaba en el mercado y había sido financiado con fondos públicos porque, como la mayoría de los medicamentos nuevos, se desarrollan en sus fases iniciales, fase 1 y fase 2, con financiación pública (hasta más de un 70 % de los estudios)", precisa el médico.

A partir de ahí, critica el neurólogo y portavoz de No es Sano, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autoriza a este medicamento para una nueva indicación y fija un precio desorbitado. "Una situación asombrosa. Atenta contra el principio de que el ciudadano debe poder acceder a medicamentos base para recuperar su salud. Es un precio excesivo para un fármaco que ha sido financiado públicamente y cuyo coste de producción es muy bajo", afirma.

El caso del fármaco para la hepatitis C

Ramón Gálvez cita el caso de sofosbuvir, un fármaco clave para combatir la hepatitis C, de la misma compañía farmacéutica. En 2017, organizaciones como Médicos sin Fronteras se sumaron a la oposición a la patente europea. El objetivo, luchar contra el monopolio del laboratorio, permitir la competencia genérica y reducir el precio del tratamiento.

"Es el ejemplo. Lo sacaron a 82.000 dólares como precio inicial; en Europa, por 60.000 y luego bajó a 40.000. ¿Qué decidieron los gobiernos? Que sólo accedieran los ciudadanos que estaban muy malitos. Pero, claro, el resto de enfermos dijo que también quería el medicamento. Al final, la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C convocó manifestaciones para que se financiara para todos los pacientes y se consiguió", apunta Gálvez.

"Los beneficios de la industria farmacéutica están entre el 16 y el 18 %; ninguna industria, ni la del lujo, obtiene beneficios similares", critican desde No es Sano

"Nos aterroriza la posibilidad de un futuro en el que surja un medicamento de alto precio para el coronavirus", añade Gálvez quien, recuerda, en Estados Unidos, cuando se aprueba un medicamento "no se negocia el precio, es el que quiera el laboratorio y eso es terrible. Estamos sometidos a un sobreprecio tremendo. La industria farmacéutica lo justifica diciendo que los costes de investigación son muy altos, pero sabemos que no es verdad", apostilla.

Lo que piden desde la campaña, indica el neurólogo, es "transparencia. Saber los costes de investigación, producción y distribución y qué beneficio razonable se puede obtener. Lo que no se puede admitir son precios abusivos. Los beneficios de la industria farmacéutica están entre el 16 y el 18 %; ninguna industria, ni la del lujo, obtiene beneficios similares. Es brutal". 

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