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Israel vuelve al confinamiento y se vuelve una advertencia ante la segunda ola de covid-19: ¿Quién será el siguiente?

Vacunación en Israel.

El pasado domingo por la noche, después de varias idas y venidas, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció lo que para muchos era inevitable: Israel vuelve al confinamiento durante tres semanas con la esperanza de poder contener lo que ya es su segunda ola de covid-19.

Israel fue uno de los países que menos tiempo pasó en confinamiento durante la primera ola de covid-19 y esta estrategia parece haberle pasado factura. Si bien, el país destacó por ser uno de los primeros en confinar, con cerca de un centenar de casos y ningún fallecido, también fue uno de los que primero levantó las restricciones con el objetivo de no dañar una economía ya debilitada y evitar más tensiones políticas.

Tensiones que han vuelto a aparecer ante la decisión del primer ministro de imponer de nuevo la cuarentena, ya que coincidirá con las festividades de Rosh Hashaná, el año nuevo judío, el Yom Kipur y el Sucot, importantes celebraciones judías que se caracterizan por las reuniones familiares y las aglomeraciones en las sinagogas.

De hecho, hasta el exministro de Sanidad israelí convertido en ministro de Construcción y Vivienda, el ultraortodoxo Yakov Litzman, ha anunciado su dimisión, ya que considera que el confinamiento impedirá rezar a miles de judíos y podría haberse decretado antes o evitado del todo.

La nueva cuarentena masiva, que comenzará este viernes y durará tres semanas, incluirá medidas como el cierre de colegios y comercios, además de restricciones en las reuniones de más de 10 personas. Es un confinamiento aún más estricto que el que impusieron durante la primavera, ya que en esta ocasión los isarelíes están hasta obligados a mantenerse en un radio de 500 metros de sus domicilios.

Las propias autoridades han reconocido que parte de la situación que están viviendo ahora, donde han llegado a alcanzar máximos de 4.000 nuevos casos diarios -en un país que cuenta con unos nueve millones de habitantes-, se debe a que cometieron un error al levantar el confinamiento de la pasada primavera antes de tiempo, el pasado 19 de abril, cuando la mayor parte del mundo seguía batallando con el pico de casos y muertes.

¿Es España la siguiente?

De esta manera, Israel se ha convertido en el primer país en volver a imponer el confinamiento a su población, una suerte de advertencia de lo que puede ocurrir cuando un gobierno no es capaz de mantener a raya a la pandemia. Por ello, una de las preguntas que surgen de manera natural es: ¿Es España la siguiente? Nuestro país es el epicentro europeo de la pandemia, que se expande en nuestro territorio hasta diez veces más rápido que en Alemania o Italia.

Saber a ciencia cierta si el confinamiento es el nuevo paso a asumir es misión imposible. Desde el Gobierno han asegurado que no impondrán de nuevo la cuarentena y al contrario que Israel, todavía cuentan con toda una batería de medidas quirúrgicas por imponer en caso de que la situación empeore.

Unas medidas que en Israel no han surgido efecto, por lo que las autoridades se han visto obligadas a recurrir al confinamiento. Si bien el país mediterráneo en ningún momento ha llegado a presentar las cifras que hemos registrado y estamos registrando a día de hoy en España -donde este fin de semana se han contabilizado más de 27.000 contagios nuevos- su situación es preocupante, ante todo por la tensión que están viviendo en los hospitales.

El número de contagios y de fallecidos no es comparable por el mero hecho de que cuentan con poblaciones radicalmente distintas: nueve millones de israelíes versus casi 47 millones de españoles. Para que en nuestro país la situación fuera equivalente a la de Israel, con sus 4.000 contagios diarios, tendríamos que registrar más de 20.000 nuevos casos no durante el fin de semana, sino cada día.

En España la inmensa mayoría de los casos siguen siendo asintomáticos, si bien poco a poco aumenta la presión hospitalaria, que en zonas como Madrid ronda ya el 15% de ocupación. No obstante, a pesar de que en Israel hay menos casos, los expertos temen que el sistema hospitalario no aguante esta segunda ola ya que el perfil de los contagiados se asemeja más a la de España durante la primera ola. La cifra de casos graves ronda ya los 500, de los cuales en torno a 200 necesitan respiradores.

Preocupa especialmente el hecho de que gran parte de los brotes se concentran en Jerusalén, donde al mismo tiempo se concentra la mayor parte de la población mayor de 65 años en el país, con 80.000 habitantes por encima de esta edad por cada millón de habitantes.

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