Quantcast

Sanitatem

Semblanza de los sanitarios fallecidos: Aurelio Capilla, el médico que guiaba su hospital como un director de orquesta

Aurelio Capilla, director médico del hospital Beata María de Madrid

Casi 40.000 sanitarios españoles se han contagiado de coronavirus desde el inicio de la crisis. Más de 55, según datos de la Organización Médica Colegial, han fallecido en esta terrible pandemia. 41 eran médicos. Sus compañeros les rinden en estos días sentidos homenajes. Vozpópuli ha pedido a esos compañeros que retraten a los hombres y mujeres que se dejaron la vida intentando salvar las de otros. Uno de ellos era Aurelio Capilla, director médico del Hospital Beata María Ana, en Madrid, "Un hombre bueno" sentencian desde el centro, al que todavía siguen llorando: "Estamos rotos". 

"Desgraciadamente, Aurelio tuvo la mala suerte de caer enfermo en la primera hora de la epidemia". El relato lo hace Olga Ginés Ferrero, directora gerente del hospital privado madrileño recogiendo el sentir de todo el hospital. Por aquellos días, el centro gestionado por la orden de las Hermanas Hospitalarias ya vivía una nueva realidad: el virus arrasaba con la ciudad de Madrid.

La Beata Ana María asistía en aquellos días, como todos los hospitales madrileños, a los nunca visto, la avalancha de casos de pacientes infectados que ya entonces, comenzaban a llegar por decenas a otro gran hospital vecino, el Gregorio Marañón, justo enfrente, en la calle del Doctor Esquerdo.

Una huella imborrable

El doctor Capilla falleció un 19 de abril, tras semanas peleando duro por superar la enfermedad. Antes, le dio tiempo a augurar lo que se venía encima, cuenta Olga Ginés. Le preocupaba llegar a una situación de colapso y de falta de medios para atender a todos esos pacientes. Era consciente del "extraordinario impacto sanitario que se preveía", señala su compañera.

Su planificación en la crisis sanitaria fue determinante "para poder garantizar la atención y los cuidados de los enfermos" aseguran desde el hospital

Afrontó la situación con preocupación, "pero también, por su forma de ser, con serenidad, tan necesaria en estos momentos y un gran sentido de la responsabilidad y de la diligencia". Su planificación, asegura, fue determinante para poder garantizar la atención y los cuidados de los enfermos.

El director médico del centro decidió reducir el circuito de consultas en el hospital y diseñó un operativo que consistía en aislar un ala completa, con capacidad para 36 camas, para albergar a los posibles infectados por la epidemia. "Esto nos dio una gran ventaja y nos permitió no colapsar en el momento más intenso de contagios.  Del mismo modo preparó la UCI para aumentar su capacidad", recuerda Olga.

Un director conciliador y amante de la naturaleza

Aurelio Capilla tenía 60 años. "Se incorporó a la familia Hospitalaria en febrero de 2015. Era una gran persona y un excelente profesional, generoso, compañero y amigo. Una persona muy querida en el hospital, pero también en el sector", señala la gerente de la Beata.

"Le gustaba decir que el director médico tenía que ser parecido a un director de orquesta y así trató de ejercer su responsabilidad", recuerdan sus compañeros.

Pero, ¿cómo era en la cercanía Aurelio Capilla?. Olga Ginés le recuerda como "un amante de la naturaleza, en general, y de la ornitología y los caballos, en particular". La directora gerente de la Beata le describe con emoción: "alma buena, generoso, todo estaba por delante de él; con alto sentido de la responsabilidad y con una capacidad extraordinaria para conciliar posturas encontradas"

A Aurelio Capilla "le gustaba decir que el director médico tenía que ser parecido a un director de orquesta y así trató de ejercer su responsabilidad". También era un hombre "muy trabajador" que "vivía prácticamente en el hospital y tenía la 'rara' costumbre de no dejarse ni un solo correo electrónico, ni una sola llamada por contestar, aunque eso tuviese que alargar todavía un poco más su jornada".

Impulsó la investigación en el centro

El doctor Capilla se ocupó de diseñar y desarrollar "el equipo médico de nuestro hospital, con la complejidad que eso supone en un hospital abierto donde hay muchos profesionales de diferentes especialidades", añade.

Además, Aurelio Capilla "potenció la creación de todas las comisiones asistenciales del hospital, miembro también de la Comisión de Seguridad del Paciente de la Consejería de Sanidad. Creó y fortaleció lazos con diferentes Universidades para que en el centro hubiera presencia pre-grado y postgrado de diferentes especialidades".

El director médico del centro madrileño fue también pieza clave para el desarrollo de la labor investigadora de la Beata, cuya Unidad de Daño Cerebral es un referente en España. Una de las últimas alegrías que se llevó el doctor Capilla fue a finales de 2019. Junto con el equipo de esa Unidad, recibió el Premio ABC Salud al mejor Hospital Privado por su proyecto de investigación y robótica aplicada a las personas con Daño Cerebral.

No se puede bajar la guardia

Y, ¿cómo se repone la Beata María de tantas pérdidas?. "Estamos destrozados, rotos por dentro, le echamos de menos a cada minuto. Como excelente profesional y mejor persona, ha dejado una huella imborrable. Aurelio era un hombre todavía joven y con muchos años por delante de profesión y de vida. Siempre estará en nuestros corazones", rememora con emoción Olga Ginés. 

El centro intenta ahora recuperar la normalidad. "Estamos en alerta porque, aunque han pasado los momentos peores y tenemos una menor incidencia de casos entrando por la puerta de urgencia, este virus nos ha enseñado a que no debemos de bajar la guardia", explica su directora gerente.

Precisa que siguen manteniendo zonas específicas "para este perfil de pacientes y estamos intentando volver a la normalidad, mediante un proceso de 'desescalada' paulatina, para pacientes urgentes preferentes, o no demorables, salvaguardando ante todo la seguridad de los pacientes y de los profesionales".

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.