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La farmacéutica italiana Chiesi quiere crear el primer "Ventolín" sostenible

La farmacéutica italiana Chiesi quiere crear el primer "Ventolín" sostenible

Uno de los medicamentos más conocidos de nuestro país es el mítico Ventolín, el inhalador en aerosol que sirve para tratar el asma vendido por la farmacéutica británica GSK. Hay muchos tipos de inhaladores para el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en nuestro país, pero el nombre comercial del laboratorio británico siempre estará relacionado en el ideario colectivo con este producto, independientemente de su marca.

En España, se vendieron más de siete millones de unidades del inhalador más popular contra el asma durante el año pasado, convirtiéndolo en el séptimo medicamento más vendido de nuestro país. El asma es una de las enfermedades más prevalentes entre los españoles, ya que afecta a más de tres millones de personas.

A pesar de su popularidad, lo que gran parte de la población desconoce es el impacto medioambiental que tienen este tipo de productos. Como si los asmáticos y enfermos de EPOC no tuvieran suficiente con padecer estas enfermedades, resulta que los tratamientos que necesitan contienen contienen hidrofluoroalcanos, un gas utilizado para expulsar el medicamento y ayudar a que llegue a pulmones y bronquios y, a su vez, una sustancia con una elevada huella ambiental.

Unos 350 millones de inversión

Como respuesta a esta problemática, el grupo farmacéutico italiano Chiesi anunciaba esta semana con motivo de la celebración de la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático (COP259) de Naciones Unidas en Madrid que piensa invertir más de 350 millones de euros para poder sacar al mercado un inhalador totalmente sostenible.

En particular, la farmacéutica italiana ha anunciado un plan de inversión a cinco años, por lo que espera poder sacar al mercado su primer inhalador para asma y EPOC a principios de 2025. Desde la compañía estiman poder reducir la huella de carbono de los inhaladores pMDI en hasta un 90%.

A finales de septiembre, Chiesi anunció que quiere convertirse en una compañía libre de emisiones de dióxido de carbono para finales del 2035

Los inhaladores pDMI son los conocidos como inhaladores de dosis medida. En este tipo de productos hay dos tipos principales: los MDI o los inhaladores de polvo seco. La principal diferencia entre los dos es que los primeros cuentan con un cartucho presurizado que facilita de sobremanera tomar el medicamento, ya que cuentan con un gas que introduce la sustancia en los pulmones. Los de polvo seco, por otro lado, requieren que el paciente aspire con fuerza.

Y esta es una de las razones por las que los primeros son más recetados que los segundos: hay determinados cuadros clínicos que no pueden resolverse con los inhaladores de polvo seco. Sin embargo, tal y como sostienen desde BJM Open, en otros muchos casos se recetan porque son más económicos.

Lo que quiere hacer Chiesi es desarrollar un inhalador pMDI que sea hasta un 90% más sostenible y que apenas cuente con huella de carbono. Para ello, se ha aliado con la compañía Kuora, el fabricante líder de propelentes médicos.

Este nuevo propelente permitirá disminuir la huella de carbono de los pMDI al nivel de los inhaladores de polvo seco (DPI). El Grupo Chiesi ya ha invertido aproximadamente 50 millones de euros en instalaciones de fabricación y trabajará junto a Koura para finalizar las pruebas de toxicología exigidas por las agencias regulatorias mundiales.

Chiesi, abanderada de la sostenibilidad farmacéutica

"Creemos que proteger la salud del paciente y el medio ambiente es fundamental. Nos sentimos orgullosos de haber tomado medidas decisivas y ambiciosas para garantizar que los pacientes puedan continuar accediendo a las opciones de inhaladores pMDI y DPI que mejor se adaptan a sus necesidades. Mientras que innovamos para seguir encontrando las mejores soluciones más comprometidas con la sostenibilidad", ha dicho el CEO del Grupo Chiesi, Ugo Di Francesco.

La compañía italiana ha decidido convertirse en una de las abanderadas de la sostenibilidad dentro del sector farmacéutico. A finales de septiembre, Chiesi anunció que quiere convertirse en una compañía libre de emisiones de dióxido de carbono para finales del 2035. Es decir, neutralizará sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de lograr una huella de carbono cero.

"Hoy más que nunca, tres años después del Acuerdo de París y de la adopción de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, somos plenamente conscientes de que cada contribución puede tener un impacto global", afirmaba entonces su presidenta, María Paola Chiesi.

En mayo de 2019, el Grupo Chiesi se convirtió en la primera compañía farmacéutica a nivel global en obtener la certificación de B Corp. Para la obtención de esta certificación, más allá del desarrollo de un meticuloso plan estratégico de sostenibilidad, el Grupo Chiesi modificó sus estatutos para convertirse en el de Benefit Corporation. 

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