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Los epidemiológos avisan: "Tememos que si hay comunidades sin brotes es porque no se están detectando"

Agentes de los Mossos d'Esquadra informan a una mujer del uso obligatorio de la mascarilla en Barcelona.

Los más de 150 brotes que se han detectado en los últimos días por todo el territorio español han vuelto a poner al país en vilo. Preocupa especialmente la situación que se está viviendo en Aragón y Cataluña, donde, tal y como admitía a finales de semana el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ya hay transmisión comunitaria.

En Cataluña, además de confinar la comarca de Segrià, núcleo del brote, se acaban de anunciar nuevas medidas de restricción en Barcelona y su área metropolitana, como prohibir las reuniones de más de 10 personas o limitar el aforo en los establecimientos públicos. Además, desde la Generalitat se ha recomendado a toda la población de las regiones afectadas que no salga de casa.

Una petición muy similar a la que ha hecho el Gobierno de Aragón a la población de Zaragoza y alrededores, donde también están creciendo los casos de manera alarmante. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguraba este viernes a primera hora en una entrevista con Onda Cero que le preocupa especialmente la situación en estos dos puntos.

¿Qué ha fallado? La falta de rastreadores 

La pregunta que muchos se hacen es: ¿qué ha ocurrido para que la situación se descontrole tanto en Aragón y Cataluña? Los expertos consultados por Vozpópuli insisten en que la respuesta es muy sencilla: además de la relajación de la población, ha fallado el estudio de contactos. El aluvión de nuevos casos que se ha sucedido en estas dos regiones ha superado a los servicios sanitarios, haciendo imposible que puedan identificar a tiempo a todos los contactos de estos nuevos positivos.

Hace unos días, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reconocía públicamente que en Cataluña sólo había 120 'rastreadores' para toda la comunidad autónoma. Una situación que no es exclusiva de esta región, si no que se repite en toda España. En Madrid, donde apenas hay brotes identificados, los sindicatos médicos también llevan semanas denunciando que todavía no se han contratado a los 400 profesionales prometidos para el rastreo de contactos.

Y es este punto uno de los que más preocupa a los epidemiólogos. Que el hecho de que aquellas comunidades autónomas donde sí se están produciendo aumentos de casos -como Madrid o Castilla la Mancha, entre otras- pero no se están comunicando brotes importantes se deba no a que no haya nuevos focos, sino a que no se estén detectando por los sistemas de salud. Un brote está formado por tres casos que se hayan producido en el mismo lugar y al mismo tiempo, con un nexo común. Y para poder determinar si se trata o no de un brote, el estudio de contactos es esencial.

Brotes sin detectar 

Así lo explica en una conversación con Vozpópuli el epidemiólogo Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEI). "Una de las cosas que nos preocupa especialmente es que en algunas comunidades autónomas se están detectando bastantes casos pero sin embargo, no comentan nada sobre brotes", apunta Caylà. "Es más que probable que se trate de brotes no detectados y cuando nos demos cuenta de que existen, sea demasiado tarde. Nos consta que hay regiones en las que hay limitaciones a la hora de llevar a cabo buenos estudios de contactos y eso se está agravando por la falta de personal durante las vacaciones", explica este epidemiólogo.

El estudio de contactos no es una técnica nueva. Se lleva años utilizando para controlar otras enfermedades como la tuberculosis. ¿Por qué resulta tan aparentemente difícil en el caso de la covid-19? "El problema es que con la covid-19 los nuevos casos se presentan en forma de alud. Aparecen de la noche a la mañana centenares de casos y se convierte en una situación inabordable", apunta.

Por ello, es fundamental contratar no sólo más personal dedicado exclusivamente al estudio de contactos, sino también profesionales en atención primaria. Una medida que llevan meses reclamando los profesionales sanitarios y que por el momento, muy pocas comunidades autónomas han cumplido.

"A día de hoy no contamos con el número necesario de estos profesionales y nos encontramos en un momento especialmente crítico, no sólo por el aumento de casos que estamos registrando, sino porque también muchos sanitarios están de vacaciones", apunta Caylà. A su modo de ver, apostar por contratar refuerzos no sólo es necesario desde el punto de vista sanitario para poder detectar y controlar estos brotes, sino también desde el punto de vista económico.

"Se podría incluso ver como una inversión rentable para las autoridades. Si ahora se desencadenase un brote importante en algún sitio de España, se conocería a nivel internacional y no vendrían turistas, por ejemplo", señala. "Estos refuerzos podrían ser en forma de rastreadores, pero idealmente deberían ser enfermeras que tengan ya formación en el estudio de contactos y que puedan ser supervisadas por personas con amplia experiencia en este campo", señala Caylà.

Hasta 1.500 rastreadores harían falta en Cataluña 

Esta semana, el jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron, Benito Almirante, estimaba en una entrevista con Catalunya Ràdio que el número de rastreadores necesarios para toda Cataluña se situaría entre 1.000 y 1.500 si se compara con lo que están haciendo los países europeos. Por el momento, desde la Generalitat de Cataluña han reaccionado y este mismo viernes, su consellera de Salut anunciaba la contratación de 500 "gestores covid-19" que ayudarán a los servicios de atención primaria a detectar contactos.

Otra de las medidas que se ha extendido como la pólvora ante el aumento de los casos ha sido la imposición del uso obligatorio de la mascarilla, incluso cuando se pueda mantener la distancia de seguridad. Para Caylà, la clave está en que la población respete las medidas de prevención en las que los sanitarios llevan tanto tiempo insistiendo. Es lo que denomina como las "tres M": mascarilla, metros de distancia e higiene de manos.

"Entiendo que usar mascarilla en verano puede ser engorroso, pero mucho más engorroso que nos ingresen en la UCI y tener que ser intubados", apunta. "Hay que ir con mucho cuidado. Estamos hablando de una infección potencialmente muy grave a la que no podemos perderle el respeto", añade.

Al ser preguntado sobre los repuntes de casos, el epidemiólogo explica que deberían tomarse como una importante llamada de atención. "Los datos son preocupantes porque en los últimos días se han estado registrando pequeños incrementos. Sí, pequeños incrementos, pero es que los grandes incrementos siempre empiezan por alguna parte", concluye.

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