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González Laya dice que "no estamos acostumbrados a comprar a China", el tercer país del que más importamos

Arancha González Laya en su última comparecencia en el Congreso.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha intentado justificar el error en la compra de 650.000 test rápidos defectuosos para el coronavirus con el argumento de que España no está acostumbrada a hacer compras a China, pero lo cierto es que el país asiático es el tercero al que más compra España.

"No estamos necesariamente muy acostumbrados a comprar en China. Es un mercado que es un poquito, bueno, desconocido, entonces hay intermediarios que nos ofrecen gangas y luego pues evidentemente resulta que eso no son gangas. Entonces especulan los intermediarios y especulan también los productores, cuando hay más demanda que oferta pues los precios pueden subir", ha explicado la ministra en una entrevista con Radio Euskadi.

Sin embargo, el volumen de las importaciones que hizo España en 2019 asciende a 29.154 millones de euros, según los registros del ICEX, lo que sitúa al país asiático como nuestro tercer mayor proveedor. Lo que sí es menor es el volumen de ventas de España a China, que sólo supuso 6.800 millones de euros ese mismo año. 

Si se miran los datos de enero de 2020 -lo más recientes disponibles- China ha pasado a ser el segundo país al que más compramos, sólo por detrás de Alemania y por delante de otros como Francia, EEUU, Italia, Países Bajos y Portugal.

650.000 test defectuosos

La semana pasada se hizo público que el Gobierno español había adquirido un lote de test rápidos comprados a un intermediario nacional que a su vez se los había comprado a farmacéutica china Shenzen Bioeasy Biotecnology.

Según comunicó la Embajada de China en España por medio de Twitter, esa firma china no se encontraba entre las empresas chinas fiables que el Ministerio de Comercio chino había recomendado al Ejecutivo español. 

Resultó que esos test apenas tenían sensibilidad para detectar la presencia del virus en los pacientes: tan sólo un 30%, con lo que tuvieron que ser devueltos. El objetivo de hacerse con este tipo de test era agilizar los diagnósticos, ya que las pruebas PCR tardan varias horas en arrojar resultados.

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