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Bank of America advierte del riesgo que tendrá para Novartis su nueva megacompra

Novartis, en el punto de mira de la CNMC por repartirse clientes con otra farmacéutica

Este lunes, la farmacéutica suiza Novartis protagonizaba una megaoperación corporativa, al anunciar la compra de la biotecnológica estadounidense The Medicines Co. por 9.700 millones de dólares. El principal motivo detrás de esta adquisición es hacerse con un prometedor fármaco contra el colesterol.

Según ha informado este domingo la propia compañia en un comunicado, pagará 85 dólares por acción en efectivo, una prima de aproximadamente 24% sobre el cierre del precio de la acción de The Medicines Co. de 68,55 dólares el 22 de noviembre. Según la farmacéutica, la operación ya ha sido aprobada por las dos compañías.

Las perspectivas de la farmacéutica son muy optimistas con esta nueva operación. No obstante, los analistas de Bank of America Merril Lynch consideran que aunque la adquisición de Novartis es "muy sensata estratégicamente", tiene un riesgo muy alto y tendrá un impacto negativo en su cuenta de resultados a corto plazo.

A su modo de ver, la cifra que Novartis desembolsará es muy elevada teniendo en cuenta las estimaciones de ventas más bajas, que apuntan a 1.700 millones anuales. Las previsiones más altas apuntan a 4.700 millones, que serán las que tendrán que cumplirse para que la apuesta de Novartis tenga rédito a largo plazo. 

La farmacéutica confía en su apuesta

Si bien es cierto que el resto de fármacos de este formato con los que cuenta la competencia -las compañías Amgen y Sanofi, en particular- han sufrido una estrepitosa caída en su previsión de ventas, mientras que el medicamento de The Medicines Co. no ha hecho más que crecer, los analistas de Bank of America continúan pensando que el precio que ha pagado Novartis es caro.

No obstante, el presidente de la farmacéutica, Van Narasimhan, está convencido del potencial que tiene su nueva apuesta, ya que podría tratar a más de 50 millones de pacientes que sufren problemas de colesterol para los que los fármacos convencionales no proporcionan solución alguna.

La compañía suiza siempre ha tenido una cartera de fármacos destinados al tratamiento de enfermedades cardiovasculares muy potente. No obstante, en 2012 perdió la patente para uno de sus fármacos estrella, bautizado como Diovan. Se trata de un medicamento contra la tensión alta que ahora cuenta con decenas de equivalentes genéricos en el mercado.

Compras para compensar la pérdida de patentes

Antes de perder la patente, le reportaba hasta 6.000 millones de dólares en ventas al año. La pérdida hace siete años dejó a Novartis con un gigantesco hueco que ha intentado rellenar con nuevos medicamentos desde entonces.

Una de esas apuestas es Entresto, un medicamento contra la insuficiencia cardíaca que le aporta más de 1.000 millones al año en facturación. También se hizo hace poco con una terapia molecular experimental de una pequeña biotecnológica por 150 millones de dólares.

Sin embargo, ninguna de las dos terapias ha logrado traducirse en las ganancias que Novartis obtenía con Diovan, por lo que la farmacéutica ha hecho una arriesgada apuesta por el tratamiento que están desarrollando en The Medicines. Co.

Muchos de los analistas especializados en el sector apuntan que el "hambre de compras" que está protagonizando Novartis es un síntoma de pura necesidad. Según Stefan Schenider, analista del banco suizo Vontobel, se estima que más de las 50% de las ventas que hizo el grupo farmacéutico en 2018 pierdan la protección de patentes. No obstante, es importante apuntar que esto es una estimación, ya que todas las empresas del sector se cuidan mucho de que la información sobre la pérdida de sus patentes salga a la luz.

La realidad es que Narsinhan ha sido probablemente el directivo de 'farma' que más operaciones ha protagonizado. En 2018 se hizo con AveXis -el fabricante de Zolgensma, el medicamento más caro del mundo- por 8.700 millones.

Meses más tarde le compró por la friolera de 5.300 millones un medicamento contra el ojo seco al laboratorio japonés Takeda, al mismo tiempo que se dejaba 3.900 millones por un una biotecnológica francesa especializada en tecnología oncológica.

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