Para la mayoría de los españoles mi itinerario profesional sólo demuestra que he perdido la cordura. Comencé mi actividad en la Administración Pública (Banco de España), continué como empleado por cuenta ajena (dedicado a la banca y la gestión de activos) y he terminado dirigiendo mi propio despacho profesional (básicamente sobre regulación financiera) y siempre al fondo, como una dedicación menor en horas y mayor en pasión: la Universidad. No sé si es que no me gustan los jefes o es que creo que yo soy el mejor jefe del mundo.
En cualquier caso, me he elegido para dirigir mi vida profesional mientras la otra la dirige mi mujer. Pero es que ella, sin lugar a dudas, es la mejor jefa del mundo.