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Política

La mitad de las universidades privadas españolas son "opacas" en su web

Una grupo de alumnos se prepara para examinarse de selectividad en Barcelona.

La mitad de las universidades privadas españolas son "opacas" en su web, mientras que en el caso de las públicas solo es trasparente una de cada tres. Esta es solo una de las conclusiones del Informe de transparencia voluntaria en la web de las universidades españolas 2018 elaborado por la Fundación Compromiso y Transparencia.

El entidad entiende por transparencia voluntaria en la web "el esfuerzo por difundir y publicar la información relevante de la organización, haciéndola visible y accesible a todos los grupos de interés de manera íntegra y actualizada". España estaría lejos del aprobado en esta asignatura, ya que el grado de transparencia y las prácticas de buen gobierno han sufrido "un descenso significativo", según los autores del documento.

En función del grado de transparencia, la fundación establece si un centro es transparente, traslúcido u opaco. De las 26 instituciones privadas analizadas, la mitad obtiene la calificación de 'opacas' y el 42% se sitúa en el grupo de 'translúcidas'. Solamente tres universidades son consideradas transparentes: la Universidad de Vic-Central de Cataluña, la Universidad de Navarra y la Universidad Nebrija.

De las 49 universidades públicas analizadas y cerrado el análisis en octubre de 2019, un total de 15 han obtenido este año la calificación de 'transparentes', frente a las 27 del pasado informe. Las 'translúcidas' han pasado de 20 en 2016 a 25 y las 'opacas' de dos a nueve.

El informe recoge que el descenso en transparencia puede obedecer a dos motivos. Por una parte, a la introducción y formulación de nuevos indicadores en el estudio que plantean nuevas exigencias de información y prácticas de buen gobierno a las universidades. Por otro lado, al nuevo sistema de valoración, que premia más a aquellas organizaciones que se distinguen por la calidad, pertinencia y actualidad de la información.

Planes desactualizados en la web

En el primer puesto como universidad pública transparente está la de Burgos, seguida en segundo lugar por la de Córdoba y Cantabria; en tercer lugar la de Cádiz. En cuarto lugar están la Autónoma de Madrid, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Rovira i Virgili; y en quinto: Politécnica de Valencia, Universidad de La Coruña, Universidad Rey Juan Carlos y Universidad de Vigo.

Suspende a casi todas las públicas en los indicadores de personal y critica la endogamia

En los peores puestos como opacas están la Universidad Internacional de Andalucía, la de Santiago de Compostela y la de Extremadura. En conjunto, hay una caída del 15% en el cumplimiento de transparencia media respecto al último informe, pero cinco universidades públicas han mejorado su ratio de transparencia respecto a 2016: Politécnica de Valencia (28%), Valladolid (17%), Oviedo (7%), La Coruña (6%) y Burgos (6%).

Además, la Fundación tira de las orejas a ocho universidades por publicar en su página web planes desactualizados: Extremadura, La Rioja, Baleares, Lérida, Santiago de Compostela, Vigo, Internacional de Andalucía y Politécnica de Madrid.

Altas tasas de endogamia

Y suspende a casi todas las públicas en los indicadores de personal y con especial énfasis en la tasa de endogamia, es decir, los profesores que se doctoraron en sus mismas aulas.

"El objetivo principal de las políticas o iniciativas de transparencia no puede consistir, simplemente, en
facilitar el acceso de determinados contenidos de información a la ciudadanía, sino en proporcionar
aquellos contenidos que sean útiles y relevantes para los interesados. La exigencia de transparencia está
muy bien, pero la pregunta es ¿transparencia de qué? ¿Qué contenidos son los relevantes?", se pregunta Javier Martín Cavanna, director de Compromiso y Transparencia.

Hay una serie de contenidos que, asegura, van a ser relevantes para todo tipo de instituciones como, por ejemplo, la información económica. "Lo importante es identificar cuáles son los contenidos que tienen más trascendencia para determinadas instituciones o en un momento determinado, lo que, en términos técnicos, se denomina 'materialidad'. Esta es la verdadera prueba del algodón cuando se habla de la transparencia", señala.

Extensos informes, pero irrelevantes

"Si bien la tecnología ha facilitado la difusión y el acceso a la información, por el contrario la red ha aumentado las expectativas de información de la sociedad y, como efecto secundario, ha inundado el entorno con una exuberancia de datos que hace difícil distinguir el grano de la paja", reconoce.

Para Martín Cavanna, la opacidad y el exceso de información son dos caras de la misma moneda: "Eso lo saben muy bien algunas empresas que han generado en los últimos años extensos informes de responsabilidad social, elaborados y certificados, en muchos casos, por las grandes empresas auditoras, en los que recogen todo tipo de cuestiones irrelevantes y accidentales, dejando de lado las más controvertidas y sustanciosas".

La transparencia informativa, argumenta, no guarda relación con el volumen de datos que se pone a disposición de los demás, sino con la relevancia y objetividad a la hora de seleccionar e informar de aquellos contenidos que tienen más potencial de afectar, positiva o negativamente, al entorno más próximo.

"La selección de la información relevante solo puede llevarse a cabo si las instituciones, en este caso las
universidades, tienen mecanismos claros de diálogo de sus grupos de interés que le permiten identificar los asuntos relevantes para esos grupos y dar cuenta de cómo los está abordando", advierte.

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