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Política

Una treintena de embajadores, sin relevo por culpa del bloqueo político

Borrell, en una reunión en Etiopía que tuvo con embajadores españoles en África.

El Gobierno se enfrenta de nuevo al problema, que ya vivió en el anterior bloqueo político de 2016, de no poder sustituir a embajadores mientras está en funciones. En la actualidad, una treintena de ellos espera su relevo sin saber cuál será su próximo destino, según fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli.

Cuando Josep Borrell llegó hace un año al Ministerio de Asuntos Exteriores, una de sus primeras decisiones fue aprobar más de 40 nombramientos de embajador que ya tenía perfilados su antecesor, Alfonso Dastis. El cambio de Gobierno provocó malestar en una decena de diplomáticos a los que ya se les había prometido una capital.

En algunos casos, ya se había solicitado el plácet a sus países de destino y hubo que reiniciar el proceso de nombramiento con el lógico cabreo de alguno de los afectados. El caso más comentado fue el de José María Robles Fraga, exdiputado del PP que ya tenía las maletas preparadas para ir a Turquía tras reingresar en la carrera diplomática después de unos años al frente como directivo en el Banco Santander.

Cuando Josep Borrell llegó hace un año al Ministerio de Asuntos Exteriores, una de sus primeras decisiones fue aprobar más de 40 nombramientos de embajador que ya tenía perfilados su antecesor

El Gobierno de Pedro Sánchez nombró a tres embajadores 'políticos' en las representaciones de Andorra (Ángel Ros), OCDE (Manuel Escudero) y Unesco (Andrés Perelló) y mantuvo a embajadores nombrados por el PP en destinos relevantes: Fernando Carderera (Francia), Carlos Bastarreche (Reino Unido), Juan Pablo García-Berdoy (UE) y Javier Sandomingo (Argentina).

Las citadas fuentes apuntan a que en la actualidad hay una treintena de relevos pendientes ya que el pasado año hubo siete destinos que no se tocaron pese a que Dastis tenía previsto elegir nuevos embajadores.

Asimismo, hay una veintena que representantes de España en embajadas que se renuevan cada tres años y que ya han cumplido dicho plazo, al tiempo que hay unos pocos casos en los que se han superado los cuatro años de permanencia en el lugar de destino.

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