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Política

Temor en el Gobierno y el PSOE a que la Diada lleve la tensión del 1-O a la calle

Un momento de la Diada del año pasado.

El pulso está en marcha. El Govern y las fuerzas soberanistas en el Parlamento de Cataluña han llevado adelante su desafío y han puesto la maquinaria independentista a caminar y la cuenta atrás para el 1-O. Y, entre las muchas fechas señaladas que aguardan en el calendario hasta esa jornada, destaca la del próximo lunes, 11 de septiembre. Los organizadores de la Diada esperan este año una gran movilización y nadie duda de que lo será. Pero en el Gobierno y en el PSOE cunde la preocupación de que la cita traslade la tensión a las calles.

"Mostremos la fuerza de la gente a los políticos de aquí y de allí. Ahora más que nunca no es el momento de las excusas ni de desanimarse". Así llaman las organizaciones detrás de la marcha de la Diada a participar en una manifestación que este año tiene por lema el "sí" a la independencia que quieren votar el 1 de octubre. "Esta Diada será un evento mundial de primera magnitud y no puedes fallar". 

La de este año será la sexta manifestación ciudadana a favor de la independencia de Cataluña, tras cinco masivas, pero este año discurrirá por las calles de Barcelona en un ambiente diferente al de las anteriores. Lo hará después de que el Govern haya firmado el decreto de convocatoria del referéndum que llevaban años pidiendo en las calles y con la nulidad declarada por el Tribunal Constitucional, al que los independentistas han asegurado que van a desoír.

El Gobierno se mantiene firme en la defensa de la legalidad y, tal y como ayer le volvió a asegurar el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al presidente, Mariano Rajoy, cuenta con el respaldo de los socialistas para defender el Estado de Derecho. Sin embargo, a la "firmeza" con la que Gobierno y PSOE defienden que no va a haber referéndum el 1 de octubre, se añade también la "preocupación" por el precipicio al que creen que han llevado las autoridades catalanas a las instituciones y a la sociedad.

Nadie, ni en Moncloa ni en Ferraz, se atreve a hablar de lo que está por venir, pero sí admiten que están "muy preocupados" por la situación. Y esperan con cautela a la exhibición de fuerza que quieren hacer los independentistas el próximo lunes.

Nadie, ni en Moncloa ni en Ferraz, se atreve a hablar de lo que está por venir, pero sí admiten que están "muy preocupados" por la situación

Como en años anteriores, y como es de esperar, a esa manifestación no irán representantes del PP ni del PSC. Los socialistas sí asisten a los actos institucionales que se organizan con motivo del Día de Cataluña, mientras que los 'populares' se han ausentado en los últimos años. 

Pero seguirán la marcha de lejos con atención. "¿Alguien duda que va a haber más de un millón de personas?", admiten en el PSOE, donde algunos dirigentes no esconden su preocupación por su desarrollo, tal y como están los ánimos de encendidos. Sin tener en cuenta las últimas jornadas en el Parlament, temen que la tensión se dispare.

¿Presencia constante en las calles?

Aunque no quieren hacer pronósticos agoreros, creen que puede servir para "calentar" movilizaciones contra el Estado, que pueden ser más frecuentes hasta la fecha del 1 de octubre, que los independentistas están dispuestos a mantener a toda costa. De hecho, en algunos sectores se apunta que desde la CUP se podría estar alentando a una presencia constante en las calles durante todo septiembre, que podría tener el arranque en 'la Diada del sí'.

Hasta ahora, las manifestaciones independentistas de todos los 11 de septiembre se han sucedido sin incidentes, si bien cada año la jornada acaba con la quema de banderas e imágenes del Rey en la alternativa marcha de la izquierda anticapitalista, que el año pasado estuvo organizada por la CUP y otras organizaciones relacionadas con este partido, como Arran.

Y es precisamente la CUP, socios del PDCat y ERC para aprobar las leyes independentistas, quien más preocupa a 'populares' y socialistas, porque este partido, recuerdan, ya tiene experiencia en "agitar" las calles y lleva tiempo llamando a la desobediencia frente las decisiones del Estado.

Ante esta situación, en el Gobierno y en el PSOE coinciden también en que es más importante que nunca mantener la prudencia, aunque haya "provocaciones" en la búsqueda de una imagen que alimente el discurso "victimista" del independentismo. Es el momento, señalan, de mantener la calma.

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